ELENA G. DE WHITE
Mensajera del Señor
Noviembre 26,1827 - Julio 16,1915
Mensajera del Señor
Noviembre 26,1827 - Julio 16,1915
Elena Harmon era una adolescente cuando participó en la proclamación millerita de los 1840’s. Ella pasó por el chasco, pero su fe nunca fluctuó. Llegó a ser una de los tres pioneros originales de lo que llegaría a ser la Iglesia Adventista del Séptimo Día, uniéndose al que llegaría a ser su esposo, Jaime White, y a José Bates en la difusión de la nueva luz sobre la purificación del santuario y el sábado.
Poco después de su primera visión, Elena dijo que el Señor le había ordenado: “Escribe, escribe las cosas que te son reveladas”. Posteriormente confesaría ella: “En el tiempo en que me llegó el mensaje, yo no podía mantener mi mano firme. Mi condición física hacía que me fuera imposible escribir”.
Poco después de su primera visión, Elena dijo que el Señor le había ordenado: “Escribe, escribe las cosas que te son reveladas”. Posteriormente confesaría ella: “En el tiempo en que me llegó el mensaje, yo no podía mantener mi mano firme. Mi condición física hacía que me fuera imposible escribir”.
Continúa ella: “Pero nuevamente vino la palabra: ‘Escribe las cosas que te son reveladas’. Yo obedecí; y… no pasó mucho tiempo antes de que yo pudiera escribir página tras página con bastante facilidad. ¿Quién me dijo que debía escribir? ¿Quién afirmó mi mano derecha e hizo posible que pudiera usar una pluma? -- Fue el Señor”. --Review and Herald, 14 de junio de 1906. (Citado en Messenger to the Remnant, pág. 109.)
Su primera revelación profética en diciembre de 1844, fue seguida por aproximadamente dos mil otras en sueños proféticos o visiones. La última visión conocida, tenía que ver con el bienestar espiritual de los jóvenes -- la fecha, 3 de marzo de 1915. Durante los setenta años de su ministerio público ella escribió aproximadamente veinte y cinco millones de palabras o su equivalente de ¡cien mil páginas de material escrito a mano!
Los consejos de la señora de White, en todas las áreas de la organización y administración de la Iglesia, son bien conocidos. En algunas áreas de la ciencia y la educación, el mundo aún no ha aplicado la filosofía y los principios enunciados por la señora White. Y donde sus consejos han sido implementados, los resultados han confirmado su origen divino.
Jaime White murió en 1981. Por casi treinta y cuatro años la señora White fue viuda. Trabajó dos años en Europa, de 1885 a 1887. Fue pionera en Australia de 1891 a 1900. Fue realmente una mujer que pertenecía al mundo, y no simplemente a un grupo provincial. Aunque era norteamericana, su misión fue para la iglesia mundial.
El 13 de febrero de 1915 ella tuvo una caída en su casa de St. Helena, California, y se rompió la cadera izquierda. Murió el 16 de julio de 1915. Fue enterrada en el cementerio Oak Hill, en Michigan, al lado de la tumba de su esposo. Sin embargo, ella continúa hablándonos en los cerca de cien libros disponibles en inglés y en una gran cantidad de traducciones a otros idiomas.
(Ver: Menssenger to the Remnant, pp. 109 - 111; Captains of the Host, por A. W. Spalding, pp. 58 - 76; Pioneer Stories Retold, pp. 77-100; Footprints of the Pioneers, pp. 59-67.)
Una Historia acerca de Elena G. de White
La joven Elena Harmon (posteriormente Elena G.de White) tuvo su primera visión profética el mes siguiente luego de cumplir diecisiete años y tan sólo dos meses después del chasco de octubre de 1844. La ocasión de su primera visión debe de haber sido realmente emocionante. Ella estaba de rodillas en oración junto con otras cuatro damas en la casa de su entrañable amiga, la señora Haines, en South Portland, Maine. Estas cinco dedicadas mujeres oraban con insistente confianza para que su Padre Celestial les revelase la razón por la cual Jesús no había venido como lo esperaban el 22 de octubre. Mientras estaban orando pidiendo luz y orientación, la joven Elena sintió el poder de Dios como nunca lo había sentido antes. Arthur W. Spalding dice:
“En un momento ella estaba ausente a todo lo que le rodeaba, ella vio la visión de Dios”.
“Ella vio un sendero recto y estrecho colocado en alto por encima del mundo, en el cual el pueblo de Dios estaba viajando a la Ciudad Eterna más allá. Detrás de ellos resplandecía una luz brillante sobre el sendero, que un ángel le dijo que era el ‘clamor de media noche’ de 1844. El 22 de octubre de 1844 fue llamado el Día del Chasco, pero en verdad era un día señalado para él (Cristo). Aquellos viajeros en el sendero que mantenían sus ojos en Jesús, caminaban en la luz que les era arrojada sobre su sendero y continuaban con seguridad, pero aquellos que se desanimaron y flaquearon perdieron el paso y cayeron fuera. Pronto escucharon la voz de Dios anunciando la venida de Jesús, y entonces vieron la pequeña nube negra que crecía más grande y más brillante, hasta que en las tonalidades del arco iris del cielo se reveló el Hijo del hombre viniendo en su gloria”. --Footprints of the Pioneers 65,66.
Cuando Elena salió de su primera visión, sus amigos se sintieron aliviados porque habían pensado que estaba muerta. No había aliento en sus pulmones, sus ojos estaban abiertos, pero no podía ver ni una sola cosa. Solamente con el ojo de la mente podía ella contemplar las escenas de la visión. Ella dijo:
“Yo nunca pensé que podría volver al mundo otra vez. Cuando mi aliento volvió a mi cuerpo, no podía escuchar nada. Todo estaba oscuro. La luz y gloria sobre las cuales se habían fijado mis ojos habían eclipsado la luz y así fue por muchas horas. Luego, gradualmente comencé a reconocer la luz y pregunté donde estaba”.
“Estás aquí en mi casa”, dijo la dueña de la casa.
“‘¿Qué, aquí? ¿No lo saben ustedes?’. Luego recordé todo. ¿Ha de ser éste mi hogar? ¿He venido aquí otra vez? ¡Oh, el peso y la carga que vinieron sobre mi alma!” -- MS 16, 1894, Messenger to the Remnant, p. 6.
“Yo lloré cuando me encontré aquí, y sentí nostalgia. Yo había visto un mundo mejor, y había echado a perder éste para mí”. --Life Sketches, 67,68.
Fuente: CENTRO WHITE PERÚ