martes, 24 de julio de 2012

¿Deberían los Cristianos ser Miembros de Sociedades Secretas?



"No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso"("2 Cor. 6: 14-18). 

La orden del Señor, "no os unáis en yugo desigual con los incrédulos" "(2 Cor. 6: 14), no se refiere solamente al matrimonio de los cristianos con los irreligiosos, sino a cualquier clase de asociación en la que las partes están en íntima vinculación, y que requiera armonía de espíritu y acción. El Señor dio directivas especiales a los israelitas para que se mantuvieran separados de los idólatras. No debían casarse con las mujeres de éstos ni darles las suyas en matrimonio, ni formar ninguna clase de asociación con ellos: "Guárdate de hacer alianza con los moradores de la tierra donde has de entrar, para que no sean tropezadero en medio de ti. Derribaréis sus "," altares, y quebraréis sus estatuas, y cortaréis sus imágenes de Asera. Porque no te has de inclinar a ningún otro Dios, pues Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es" (Exo. 34: 12 -14). 

"Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra. No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos; sino por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres. . . Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones" "(Deut. 7: 6-9). 

El Señor vuelve a declarar por medio del profeta Isaías: "Reuníos, pueblos, y seréis quebrantados; oíd, todos los que sois de lejanas tierras; ceñíos, y seréis quebrantados... Tomad consejo, y será anulado; proferid palabra, y no será firme, porque Dios está con nosotros. Porque Jehová me dijo de esta manera con mano fuerte, y me enseñó que no caminase por el camino de este pueblo, diciendo: No llaméis conspiración a todas las cosas que este pueblo llama conspiración; ni temáis lo que ellos temen, ni tengáis miedo. A Jehová de los ejércitos, a él santificad; sea él vuestro temor, y él sea vuestro miedo" "(Isa. 8:9-13). 

Hay quienes preguntan si es propio que los cristianos pertenezcan a la francmasonería y a otras sociedades secretas. Que los tales consideren los pasajes que acabamos de citar. Si somos cristianos, debemos serlo en todo, y debemos considerar y obedecer el consejo dado para hacer de nosotros cristianos de acuerdo con las normas de la Palabra de Dios. 

El pueblo que Dios tiene en el mundo es el instrumento humano que debe colaborar con las influencias divinas para la salvación de los hombres. Cristo dice a las almas que se han unido a él: "Sois uno conmigo, ''colaboradores de Dios'' " (1 Cor. 3: 9). Dios es el gran Actor invisible, y el hombre es el humilde instrumento visible, y sólo en colaboración con las inteligencias celestiales puede éste hacer algo bueno. Unicamente cuando la mente es esclarecida por el Espíritu Santo los hombres pueden discernir la influencia divina. Por eso Satanás procura constantemente apartar las mentes de lo divino para dirigirlas hacia lo humano, para que el hombre no coopere con el cielo. Dirige la atención hacia las invenciones humanas, induce al hombre a confiar en el hombre, a apoyarse en la carne, para que su fe no se afirme en Dios. 

"La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?" (Mat. 6: 22, 23). 

Y si nuestra luz se convierte en tinieblas, ¿cómo seremos una luz para el mundo? 

La tarea de nuestra salvación personal también depende de nuestra colaboración con los instrumentos divinos. Dios nos ha impartido facultades morales y susceptibilidades religiosas. Ha dado a su Hijo como propiciación por nuestros pecados, para que nos reconciliáramos con Dios. Jesús vivió una vida de abnegación y sacrificio, para que pudiésemos seguir su ejemplo. Ha dado el Espíritu Santo para que esté en lugar de Cristo en todo sitio donde se requiera ayuda. Utiliza las inteligencias celestiales para proporcionar poder divino que el hombre pueda combinar con sus esfuerzos. Pero debemos aceptar el don de Dios, debemos arrepentirnos y creer en Cristo. Debemos velar, orar y obedecer los requerimientos de Dios. Debemos practicar la abnegación y el sacrificio personal por amor de Cristo. Debemos crecer en Cristo estando constantemente relacionados con él. Cualquier cosa que aleje la mente de Dios y la haga confiar en el hombre, o que la haga conformarse a la norma humana, nos impedirá colaborar con Dios en la obra de nuestra propia salvación. Esta es la razón por la cual el Señor prohibió que su pueblo formara alianza con los paganos, "para que no sean tropezadero en medio de ti" "(Exo. 34: 12). Dijo: "Porque desviará a tu hijo de en pos de mí" (Deut. 7: 4). Este mismo principio se aplica a la asociación de los cristianos con los irreligiosos. 

Cuando aceptamos a Cristo como nuestro Redentor, aceptamos la condición de ser colaboradores juntamente con Dios. Hicimos un pacto con él por el cual nos entregábamos plenamente al Señor; como mayordomos fieles de la gracia de Cristo debíamos trabajar para la edificación de su reino en el mundo. Cada seguidor de Cristo promete dedicar todas las facultades de la mente, del alma y del cuerpo a Aquel que ha pagado el precio del rescate por nuestras almas. Hemos prometido ser soldados. entrar en el servicio activo, soportar pruebas, vergüenza y reproches, pelear la batalla de la fe, y seguir al Capitán de nuestra salvación. 

En su relación con sociedades mundanales, ¿está Ud. respetando su pacto con Dios? ¿Dirigen estas asociaciones su propia mente o las de otras personas hacia Dios, o bien alejan de él el interés y la atención? ¿Fortalecen su unión con los instrumentos divinos, o bien apartan su mente hacia lo humano en lugar de lo divino? 

¿Está Ud. sirviendo, honrando y magnificando a Dios, o bien lo está deshonrando y está pecando contra él? ¿Está Ud. recogiendo con Cristo o está esparciendo? Todo el pensamiento, la planificación y el fervoroso interés dedicados a esas organizaciones han sido comprados por la sangre preciosa de Cristo; ¿pero está Ud. sirviéndole cuando se une con los ateos y los infieles, con hombres que profanan el nombre de Dios con bebedores y fumadores? 

Aun cuando en estas sociedades haya mucho que en apariencia es bueno, mezclado con ello hay mucho que neutraliza el efecto de lo bueno, y que torna a esas asociaciones perjudiciales para los intereses del alma. Tenemos otra vida diferente de la que es sustentada por el alimento temporal. "No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mat. 4:4). "Si no coméis la carne del Hijo del hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros" "(Juan 6:53). Jesús dijo: "El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna" (Juan 6:54). Nuestros cuerpos se forman de lo que comemos y bebemos. Y así como ocurre en el ámbito natural, también ocurre en el espiritual; lo que sustenta nuestra naturaleza espiritual es aquello de lo cual se alimentan nuestras mentes. Nuestro Salvador dijo:" "El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida" (Juan 6:63). La vida espiritual debe ser sostenida mediante la comunicación con Cristo a través de su Palabra. La mente debe espaciarse en ella, el corazón debe llenarse de ella. La Palabra de Dios establecida en el corazón, considerada sagrada, y obedecida, mediante el poder de la gracia de Cristo puede hacer que el hombre sea recto y puede mantenerlo recto; pero toda influencia humana y toda invención terrenal carecen de poder para proporcionar fuerza y sabiduría al hombre. No pueden controlar la pasión ni corregir la deformación del carácter. A menos que la verdad de Dios controle el corazón la conciencia se apartará del camino recto. Pero en estas sociedades secretas la mente es alejada de la Palabra de Dios. Los hombres no son instados a convertirla en el objeto de su estudio y en la guía para su vida. 

Le pregunto a Ud. que se complace en estas asociaciones, que ama las reuniones donde puede manifestar su ingenio, donde puede divertirse y banquetear: ¿Lleva a Jesús consigo? ¿Procura Ud. salvar las almas de sus compañeros? ¿Es ése el objeto de su asociación con ellos? ¿Advierten ellos en Ud. la influencia vivificadora del Espíritu de Cristo? ¿Es evidente que Ud. es un testigo de Cristo, que pertenece a un pueblo peculiar, celoso de buenas obras? ¿Se ve claramente que su vida está gobernada por estos preceptos divinos: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente" (Mat. 22: 37), y "Amarás a tu prójimo como a ti mismo?"(Mat. 19: 19). La posibilidad de hablar a los corazones y las conciencias de quienes están por perecer, se halla fuera del alcance de los que no se entregan totalmente a Cristo. Su manera de hablar fluida y cálida, ¿dónde muestra que está centrado su interés? 

¿Cuáles son los temas favoritos de conversación en esas sociedades? ¿Cuáles son los temas que excitan el interés y proporcionan placer? ¿No tienden acaso a la gratificación de los sentidos: comer, beber y buscar el placer? La presencia de Cristo es desconocida en esas reuniones. No se hace ninguna referencia a él. No se desea su compañía. ¿Dónde y cuándo se honra a Dios en tales asociaciones? ¿En qué se beneficia el alma? Si Ud. no ejerce una influencia positiva en sus compañeros, ¿no influyen ellos en Ud. para mal? ¿Es una actitud sensata poner de lado la lámpara de la vida, la Palabra de Dios, y mezclarse libremente con esa clase de personas, y descender hasta su nivel? ¿Piensa Ud. que puede encontrar algo para satisfacer el hambre del alma aparte de la verdad y del favor de Dios? ¿Pueden sentirse a gusto en esas escenas los que profesan creer en la verdad para este tiempo, cuando Dios no está en todos sus pensamientos? 

En la misma habitación donde esas sociedades han tenido sus reuniones, las congregaciones se han reunido para adorar a Dios. ¿Puede Ud., durante la hora sagrada del culto divino, olvidar las escenas de diversión y de banqueteo, y la gratificación encontrada en la copa de vino? Dios anota todo esto en su libro como intemperancia. ¿Qué relación tiene esto con las realidades eternas? ¿Olvida Ud. que en todas estas reuniones de placer está presente un Testigo, tal como en la fiesta de Belsasar? Si se pudiera abrir la cortina que nos separa del mundo invisible, Ud. podría contemplar al Salvador afligido de ver a los hombres absortos en los placeres de la mesa, en manifestaciones de hilaridad y de ingenio, que alejan de sus pensamientos a Cristo, el centro de la esperanza del mundo. 

Los que no pueden distinguir entre quienes sirven a Dios y quienes no le sirven, pueden quedar encantados con estas sociedades que no tienen relación con Dios, pero ningún cristiano puede prosperar en una atmósfera semejante. El aire vitalizador del cielo no está allí. Su alma está vacía, y él siente que carece del refrigerio del Espíritu Santo tal como las montañas de Gilboa carecían de rocío y lluvia. 

Algunas veces el seguidor de Cristo, por ciertas circunstancias, está obligado a presenciar escenas de placer impío, pero lo hace con el corazón afligido. El lenguaje que se habla en ellas no es el de Canaán, y el hijo de Dios nunca elegirá esas asociaciones. Cuando se vea obligado a participar de una compañía que no ha elegido, apóyese en Dios, y el Señor lo protegerá. Pero en ningún caso deberá sacrificar sus principios, cualquiera sea la tentación. 

Cristo nunca inducirá a sus seguidores a que formulen votos que los unirán con personas que no tienen relación con Dios, que no están bajo la influencia consoladora de su Espíritu Santo. La única norma verdadera para el carácter es la santa ley de Dios, y es imposible para quienes hacen de esa ley de Dios la guía de su vida, unirse en confianza y en cordial fraternidad con los que convierten la verdad de Dios en mentira, y consideran la autoridad de Dios como algo sin valor. 

Hay un enorme abismo entre el hombre mundano y aquel que sirve fielmente a Dios. Sus pensamientos, simpatías y sentimientos no armonizan en lo que atañe a los temas más importantes: Dios, la verdad y la eternidad. Una de estas clases está madurando como el trigo para el granero de Dios, y la otra como cizaña para los fuegos de la destrucción. ¿Cómo puede haber unidad de propósito o de acción entre ellas? 

"¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios" "(Sant. 4: 4). 

"Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas" "(Mat. 6: 24). 

Pero debemos tener cuidado de no dejarnos dominar por un espíritu de fanatismo e intolerancia. No debemos apartarnos de los demás con una actitud que diga: "No te acerques a mí; yo soy más santo que tú". No se aleje de sus semejantes, sino que procure impartirles la preciosa verdad que ha bendecido su propio corazón. Demuestre que la suya es la religión del amor. 

"Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos" (Mat. 5: 16). 

Pero si somos cristianos y tenemos el espíritu de Aquel que murió para salvar a los hombres de sus pecados, amaremos las almas de nuestros semejantes lo suficiente como para contrarrestar sus placeres pecaminosos mediante nuestra presencia o nuestra influencia. No podemos aprobar su conducta asociándonos con ellos y participando en sus fiestas y en sus concilios, donde Dios no está presente. Tal conducta, en lugar de ser un beneficio para ellos, logrará únicamente poner en duda la realidad de nuestra religión. Si actuásemos en esa forma, seríamos luces falsas, y con nuestro ejemplo llevaríamos a las almas hacia la ruina. 

Hace poco leí acerca de un noble navío que surcaba las aguas del mar, cuando a medianoche se estrelló contra una roca con un estruendo terrible; los pasajeros despertaron y comprendieron horrorizados cuál era su desesperada condición; se hundieron con su barco para no volver a levantarse. El timonel había confundido la luz del faro, y como resultado, cientos de almas fueron arrojadas a la eternidad sin aviso previo. Si una parte de nuestro carácter desfigura la imagen de Cristo, presentamos una falsa luz, y como resultado las almas seguramente serán descarriadas por nuestro ejemplo. 

Los cristianos que se asocian con compañías mundanas se están perjudicando a sí mismos y están descarriando a otros. Los que temen a Dios no pueden elegir a los irreligiosos como compañeros sin resultar dañados. En esas asociaciones son puestos bajo la influencia de principios y costumbres mundanales, y por influencia de la compañía y el hábito, la mente llega a conformarse cada vez más a las normas mundanas. Su amor a Dios se enfría, y no tienen más deseos de estar en comunión con él. Llegan a ser ciegos espirituales. No logran ver ninguna diferencia particular entre el transgresor de la ley de Dios, y los que temen a Dios y guardan sus mandamientos. Llaman a lo malo bueno y bueno a lo malo. El esplendor de las realidades eternas se opaca. La verdad puede serles presentada en forma evidente, pero ellos no sienten hambre por el pan de vida ni sed por las aguas de salvación. Están bebiendo de cisternas rotas que no pueden contener agua. Es muy fácil que mediante la asociación con el mundo se asimile su espíritu y se reciba el molde de sus conceptos, hasta el punto de no discernir la excelencia de Jesús y de la verdad. Y el espíritu del mundo controlará nuestra vida en la medida en que more en nuestro corazón. 

Cuando los hombres no están bajo el control de la Palabra y del Espíritu de Dios, son cautivos de Satanás, y no sabemos hasta qué profundidad los introducirá en el pecado. El patriarca Jacob contempló a los que se complacían en la perversidad. Vio cuál sería el resultado de la asociación con ellos, y mediante el Espíritu exclamó: "En su consejo no entre mi alma, ni mi espíritu se junte en su compañía" (Gén. 49: 6). Así hace sonar la alarma de peligro para advertir a cada alma contra tales asociaciones. El apóstol Pablo se hace eco de esa advertencia: "No participéis en las obras infructuosas de las tinieblas" "(Efe. 5: 11). "Las malas compañías corrompen las buenas costumbres" (1 Cor. 15: 33, VM). 

El alma es engañada cuando confía en la política mundanal y en las invenciones humanas en vez de confiar en el Señor Dios de Israel. ¿Podría el hombre encontrar un guía mejor que el Señor Jesús? ¿Un consejero mejor en la duda y en la tribulación? ¿Un mejor defensor en el peligro? Poner de lado la sabiduría de Dios para aceptar la sabiduría humana constituye un engaño que destruye el alma. 

Si Ud. quiere ver lo que el hombre hace cuando rechaza la influencia de la gracia de Dios, contemple aquella escena en la sala del juicio, cuando una muchedumbre furiosa, guiada por sacerdotes y dirigentes judíos, pide a gritos la vida del Hijo de Dios. Vea al divino Sufriente de pie junto a Barrabás, y a Pilato preguntando a quién de los dos ha de libertar. Se oye entonces el ronco grito de cientos de voces coléricas inspiradas por Satanás: "¡Fuera con éste, y suéltanos a Barrabás!" (Luc. 23: 18). Y cuando Pilato pregunta qué debe hacerse con Jesús, gritan: "¡Crucifícale, crucifícale!" (Luc. 23: 21). 

La naturaleza humana de entonces es la misma de ahora. Cuando se desprecia el Remedio divino que podría salvar y exaltar la naturaleza humana, resurge el mismo espíritu que aún vive en los corazones de los hombres, y no podemos confiar en su dirección y mantener nuestra lealtad a Cristo. 

Esas sociedades, que no están controladas por el amor y el temor de Dios, no representan ningún bien para el hombre. Muchas de sus transacciones son contrarias a la justicia y la equidad. Aquel que tiene los ojos limpios y que no puede contemplar el mal, no puede ser, y no será, un participante de muchas cosas que ocurren en esas asociaciones. Su propia conciencia dará testimonio de lo que digo. El talento, la habilidad y la capacidad inventiva que Dios ha dado a los hombres son, en esas asociaciones, con demasiada frecuencia pervertidos y utilizados como instrumentos de crueldad, iniquidad y egoísmo al practicar el fraude contra sus semejantes. 

Por supuesto que todo esto es negado por los miembros de esas corporaciones. Pero Dios mira por debajo de la apariencia agradable y atractiva, para ver los motivos secretos subyacentes y la obra real de esas sociedades. Mientras algunas de ellas pretenden que la Palabra de Dios constituye en cierto sentido la base de su organización, se alejan de los principios de justicia. Los votos impuestos por algunas de esas órdenes requieren el sacrificio de la vida humana cuando se divulgan los secretos de la orden. Los miembros también prometen absolver, bajo ciertas circunstancias, a los culpables que merecen castigo. Se requiere de ellos que sigan una conducta que no está en armonía con la ley de Dios, en lo que atañe a su relación con los que obran contra la orden. 

No podemos apartarnos de la verdad, no podemos alejarnos de los principios rectos, sin olvidarnos de Aquel que es nuestra fortaleza, nuestra justicia y nuestra santificación. Deberíamos estar firmemente arraigados en la convicción de que cualquier cosa que nos aleje, en cualquier sentido, de la verdad y la justicia en nuestra asociación con los hombres, no puede beneficiarnos, y deshonrará en gran manera a Dios. Cualquier especie de engaño o condescendencia con el pecado es aborrecible para él. 

El fraude corre a lo largo de estas sociedades secretas, y ninguna persona que se una a ellas puede ser considerada libre delante de Dios y del cielo. La naturaleza moral es rebajada hasta un punto que Dios considera injusto, lo cual es contrario a su voluntad y a sus mandamientos. Uno que profese amar a Dios puede ser colocado en estas sociedades en posiciones consideradas honorables, pero a los ojos de Dios está manchando su honor como cristiano, y alejándose cada vez más de los principios de la justicia y la verdadera santidad. Está pervirtiendo sus facultades, que han sido compradas con la sangre de Cristo. Está vendiendo su alma por nada. 

En la revelación de sus juicios justos, Dios destruirá todas esas sociedades, y cuando se establezca el tribunal del juicio, y se abran los libros, se manifestará la falta de semejanza con Cristo de toda la confederación. Los que eligen unirse con esas sociedades secretas están rindiendo homenaje a ídolos tan sin sentido y carentes de poder para bendecir y salvar el alma, como son los dioses de los hindúes. 

Estas sociedades ofrecen algunas ventajas que desde el punto de vista humano aparecen como grandes bendiciones, pero no son tales cuando se juzgan según las especificaciones del Señor. Detrás de esas aparentes ventajas se ocultan los instrumentos satánicos. Cuanto mayor sea la cantidad de dinero que entra a la tesorería, tanto más grande y profundo es el mal. Las ganancias impías que han enriquecido a esas sociedades se verán como una maldición cuando se descubran todas sus implicaciones. Las palabras pronunciadas por Elifás mientras hablaba con Job se pueden aplicar acertadamente a estas asociaciones: "Vi ''que echaba raíces'', pero ''maldije su habitación''" "(Job 5: 3). Son trampas de Satanás, son sus redes para atrapar a las almas. 

Muchas cosas que constituyen una ofensa para el Santo de Israel, son aprobadas y apoyadas por el mundo. A Eva pudo parecerle una cosa sin importancia alejarse de las restricciones específicas de Dios y hacer lo que él había dicho que no hiciera, y Adán pudo tener esa misma idea al seguir su ejemplo, pero precisamente eso mismo había sido planeado por el archiengañador para destruir las almas de los hombres, induciéndolos a seguir sus propias fantasías antes que la voluntad revelada de Dios. Así también en esas sociedades se sostienen principios que colocan a los hombres bajo el poder engañador de Satanás, alejándolos de las sendas seguras, llevándolos hacia la rebelión contra Dios y haciéndoles despreciar sus santas normas de justicia. "Velad y orad, para que no entréis en tentación" "(Mar. 14: 38), es la orden repetida a menudo por nuestro Salvador. Velad, velad con diligencia y cuidado, para que Satanás no tenga éxito en entrampar las almas de aquellos por quienes Cristo pagó el precio del rescate mediante su propia sangre. 

Dios os pide a los que queréis ser sus hijos que actuéis como si estuvieseis bajo la mirada divina, que adoptéis la santa norma de justicia. Su justicia y su verdad son los principios que deberían establecerse en cada alma. El que preserva su integridad hacia Dios, será recto con el hombre. Ninguna persona que realmente ame a Dios expondrá su alma a la tentación, por el soborno del oro y la plata, por el honor ni por cualquier otra ventaja terrenal. "¿Qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?" "(Mar. 8: 36, 37). Los cristianos deben cortar todo vínculo que los una a esas órdenes secretas que no están bajo el control de Dios. No pueden ser leales a esas organizaciones y al mismo tiempo ser leales a Dios. Ud. debe cortar su relación con esos organismos o de lo contrario se identificará más estrechamente con ellos, y como resultado se unirá más plenamente con ellos, y cortará los vínculos que lo unen a los que aman y temen a Dios. El cristiano debe abandonar aquellas cosas que constituyen una barrera para su espiritualidad, por muy grande que sea el sacrificio. Es mejor perder dinero, posesiones y hasta la vida misma, que poner en peligro los intereses vitales del alma. 

Vosotros, los que os habéis relacionado con esas sociedades secretas, estáis confiando en una caña que será rota en pedazos; no confiáis en el Señor Dios de Israel, ni procuráis diligentemente conocer su voluntad y andar en sus caminos. Cuando invertís dinero en esas sociedades, lo hacéis con la esperanza de hacer provisión para el futuro. Les habéis dedicado tiempo, pensamiento, trabajo y dinero, mientras la causa de Cristo ha sido descuidada. Cada peso pagado a esas organizaciones se desvía de la causa de Dios con tanta seguridad como si se hundiera en el mar. ¿Pero acaso ese capital no os fue confiado por Dios para que lo utilizarais en su servicio, para la salvación de vuestros semejantes? Al invertirlo donde no puede honrar a Dios o beneficiar a los hombres, estáis repitiendo el pecado del siervo infiel que ocultó en la tierra el talento de su Señor. 

El Señor no había confiado al siervo infiel un capital abundante, sino un solo talento. Aquel hombre no invirtió ese único talento para obtener interés para su Señor; lo ocultó en la tierra, y se quejó de que el Señor era un Amo duro, que segaba donde no había sembrado y recogía donde no había esparcido. El egoísmo que manifestó y las quejas que profirió, como si Dios le exigiera aquello a lo que no tenía derecho, demostraron que no conocía a Dios, ni a Jesucristo, a quien él había enviado. Todo lo que poseía era propiedad del Señor, y le había sido confiado para que lo utilizara para Dios. Cuando dijo: "Tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra" (Mat. 25: 25), reconoció que el talento era de Dios. . 

¿Y qué dice el Señor? "Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí" "(Mat. 25: 26). Aquí repite las palabras del siervo, y aunque no reconoce su veracidad, muestra lo que el siervo debió haber hecho aun por su propia cuenta. El Señor dice virtualmente: "No hiciste ningún esfuerzo por negociar con el capital " que te había confiado, y por ganar sobre él un interés que promoviera mi gloria en la tierra. ''Debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera''" (Mat. 25: 27-30). Esta lección se da a cada alma que ha recibido la luz de la verdad. 

Nunca deberíamos olvidar que Dios nos ha puesto a prueba en este mundo, para determinar nuestra aptitud para la vida futura. Nadie cuyo carácter esté contaminado con la fea mancha del egoísmo podrá entrar en el cielo. Por lo tanto Dios nos prueba aquí encomendándonos posesiones temporales, para que nuestro uso de ellas demuestre si se nos pueden confiar las riquezas eternas. Unicamente en la medida en que la vida abnegada de Cristo se refleje en nuestra propia vida, podremos estar en armonía con el cielo y ser aptos para entrar allí. 

La gran preocupación y ambición del mundo consiste en obtener ventajas materiales y temporales, mientras descuida lo que tiene valor espiritual. Esto mismo ocurre con algunos miembros de la iglesia. Cuando finalmente sean llamados para rendir cuentas a Dios, no sólo se avergonzarán sino que se asombrarán porque no fueron capaces de discernir las verdaderas riquezas y porque no pusieron su tesoro en los cielos. Derramaron sus donativos y ofrendas sobre los enemigos de la verdad, y esperaron que en esta vida llegaría el tiempo cuando recibirían la devolución de lo que habían invertido. Pueden confiar sus recursos a las sociedades secretas, pero entonces la causa de Dios queda necesitada por falta de los medios que él ha encomendado a sus instrumentos humanos, que no sienten interés ni prestan consideración al don que el Señor les ha hecho. Están enceguecidos por el dios de este mundo. 

Dicen: "No tengo nada para dar a esta empresa, porque no recibiré nada de vuelta. Al pagar a la logia, estoy haciendo provisión para el futuro, y, además de esto, debo pagar por los entretenimientos que complacen mi gusto. No puedo abandonar esas diversiones. ¿Por qué la iglesia espera que yo ayude a satisfacer esas demandas que se repiten constantemente? "''Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra''" [Mat. 25: 24, 25], esperando que alguna vez podría beneficiarme con ello". 

El Salvador nos dice: "No os hagáis tesoros en la tierra donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro allí estará también vuestro corazón" "(Mat. 6: 19-21). 

Muchos están poniendo sus tesoros en estas sociedades secretas, ¿y no podemos ver que su corazón está allí? No importa cuán poderosas sean las evidencias de la verdad, poco a poco éstas van perdiendo su brillo y su fuerza, el cielo se borra de la mente, y el eterno peso de gloria, y el don de Dios por una vida de obediencia, aparecen como cosas sin importancia en comparación con los supuestos beneficios que se obtendrán al hacerse tesoros en este mundo. Hay almas que perecen por falta del pan y el agua de la vida, ¿pero qué significa eso para aquel cuyo corazón está puesto en este mundo? Más de una persona está diciendo con sus acciones, si no por sus palabras: "Yo no puedo perder mis intereses en los tesoros terrenales, para asegurar lo que es eterno. La vida futura está demasiado remota para que me ocupe de ella. Elijo los dioses terrenos, y correré el riesgo del futuro. Después de todo, Dios es bueno y misericordioso". ¡Siervo infiel! Tu porción ciertamente está con los hipócritas y los incrédulos mientras continúes esa conducta. La fascinación que ejercen la sala del club, las cenas y las compañías mundanales, ha conducido, tal como la fiesta de Belsasar, a olvidar a Dios y a deshonrar su nombre. 

Las mentes humanas están sumidas en una ceguera voluntaria. Jesús dijo: "El corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y con el corazón entiendan, y se conviertan, y yo los sane" "(Mat. 13: 15). La obra de Dios en favor de la salvación de los hombres es la obra de suprema importancia que debe llevarse a cabo en nuestro mundo; pero muchos no comprenden esto, porque su interés está más en las filas del enemigo que en las de los leales soldados de Cristo. No ven la necesidad de colaboración entre los instrumentos humanos y los divinos. El Señor nos ha ordenado: "Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad" (Fil. 2: 12, 13). Este es el plan que Dios nos ha revelado para guiarnos en todos los planes y propósitos de la vida. Pero mientras los hombres oran: "Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra" "(Mat. 6: 10), muchos rechazan los mismos medios por los cuales Dios establecería su reino. 

Cuando estén dispuestos a considerar todas las cosas como pérdida con tal de ganar a Cristo, sus ojos se abrirán y verán las cosas tales como son. Entonces se alejarán de las atracciones terrenales y se dirigirán hacia los valores celestiales. Entonces verán la verdadera naturaleza de los placeres mundanos y egoístas que ahora consideran en tan alta estima, y abandonarán las cosas que ahora aprecian tanto. 

Todo el cielo os contempla a vosotros que pretendéis creer en las verdades más sagradas que hayan sido encomendadas a los mortales. Los ángeles aguardan con ansia para colaborar con vosotros en la obra por la salvación de las almas. ¿Rehusaréis este compañerismo celestial a fin de mantener vuestra relación con una sociedad donde no se honra a Dios, y donde se pisotean sus mandamientos? ¿Cómo os habría podido ser traída la verdad si otros hubiesen sentido tan poco interés en su promulgación como el que algunos de vosotros manifestáis? La causa de Dios requiere nuestra ayuda a fin de ser establecida sobre una base sólida, y para que la verdad pueda ser llevada hacia nuevos campos, a los que están a punto de perecer. ¿Podéis vosotros, los que pretendéis ser hijos de Dios, rehusar ayudar en esta obra? Con el fin de recibir intereses terrenos, ¿retendréis vuestros medios en vez de depositarlos en la tesorería de Dios, y descuidaréis vergonzosamente su obra ? Resulta aflictivo considerar lo que habría podido realizarse en la salvación de las almas si el corazón y el servicio de quienes profesan creer la verdad se hubieran entregado íntegramente a Dios. La obra se ha hecho en forma negligente. Si el yo se hubiera ocultado en Cristo, los pecadores habrían sido ganados para la verdad mediante métodos sabios e ingeniosos, y hoy colaborarían con Dios. 

Antes de que venga el tiempo cuando tengáis que rendir cuentas a Dios, os insto a que prestéis atención a su palabra: "Haceos tesoros en el cielo" "(Mat. 6: 20; Luc. 12: 33), y no en las sociedades secretas. Considerad que hay un solo Propietario del universo, y que cada hombre, con su tiempo, su inteligencia y sus recursos, pertenece a Aquel que ha pagado el rescate por el alma. Dios tiene perfecto derecho al servicio constante y al afecto supremo. Vuestro criterio debe ser la voluntad de Dios y no vuestro placer. Y aunque acumuléis una fortuna con menos rapidez, estaréis colocando vuestro tesoro en el cielo. ¿Quién, de entre los miembros de la iglesia, está resuelto a mantener su espiritualidad? ¿Quién quiere desarrollar una experiencia que revelará el fervor cristiano y la energía perseverante? ¿Quién, como Jesús, no desfallecerá ni se desanimará, no en la tarea de reunir medios para el servicio de su propio yo, sino en la obra de trabajar conjuntamente con Dios? 

Todos los que luchan por obtener la corona de la vida eterna serán tentados como lo fue su Maestro antes que ellos. Le ofrecieron los reinos de este mundo si es que estaba dispuesto a rendir homenaje a Satanás. Si Cristo hubiera cedido a esta tentación, el mundo habría pasado para siempre a estar bajo el dominio del maligno. Pero, gracias a Dios, su divinidad refulgió a través de la humanidad. Hizo lo que cada ser humano debería hacer en el nombre y con el poder de Jesús. Dijo: "Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás" (Mat. 4: 10). Si hacéis frente a la tentación de este modo, Satanás huirá de vosotros, así como huyó de Cristo, y los ángeles os servirán tal como sirvieron a Jesús. 

A los que han pensado y hablado de las grandes ventajas que podrían obtener mediante la asociación mundana. el Señor les dice por medio del profeta Malaquías: 

"Vuestras palabras contra mí han sido violentas, dice Jehová. Y dijisteis: ¿Qué hemos hablado contra ti? Habéis dicho: Por demás es servir a Dios. ¿Qué aprovecha que guardemos su ley, y que andemos afligidos en presencia de Jehová de los ejércitos? Decimos, pues, ahora: Bienaventurados son los soberbios, y los que hacen impiedad no sólo son prosperados, sino que tentaron a Dios y escaparon'' "(Mal. 3: 13-15). 

Tales son los pensamientos de muchos aunque no los expresen por medio de palabras. "Entonces los que temían a Jehová hablaron cada uno a su compañero; y Jehová escuchó y oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen a Jehová, y para los que piensan en su nombre. Y serán para mí especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que perdona a su " hijo que le sirve. Entonces os volveréis, y discerniréis la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve. Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama" "(Mal. 3: 16 a 4: 1), 

Aquí se describe a la gente que es considerada muy favorecida en el mundo; pero viene un tiempo cuando los hijos de Dios serán distinguidos como aquellos que son honrados por Dios debido a que ellos lo han honrado a él. 

"Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro" (1 Juan 3: 1-3). 

Mientras los hombres de este mundo persiguen el honor temporal, las riquezas y el poder como los grandes objetivos, el Señor nos señala algo de mucho más valor que nuestras aspiraciones más elevadas: 

"Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová. He aquí que vienen días, dice Jehová, en que castigaré a todo circuncidado, y a todo incircunciso" (Jer. 9: 23-25). 

"Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa;"y el que creyere en ella, no será avergonzado. Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, la piedra que los edificadores desecharon, ha venido a ser la cabeza del ángulo; y: piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados. Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable" (1 Pedro 2: 6-9). 

"Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado: como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo. Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación; sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación" "(1 Ped. 1: 13-19). (Folleto publicado en 1893 con el título de Should Christians Be Members of Secret Societies? [¿Deberían los cristianos ser miembros de sociedades secretas?]). 

Aquellos que están bajo el estandarte ensangrentado del Príncipe Emanuel no pueden unirse con los francmasones ni con ninguna otra organización secreta. El sello del Dios viviente no será colocado sobre ninguno que mantenga tal relación después de que la luz de la verdad haya brillado en su camino. Cristo no está dividido, y los cristianos no pueden servir a Dios y a Mamón. El Señor dice: "Salid de en medio " de ellos, y apartaos..., y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso" "(2 Cor. 6: 17, 18) (Carta 21, 1893).

Por
Elena G. de White 
Mensajes Selectos t.2 - Capítulo 13.

martes, 17 de julio de 2012

Los Negocios y la Religión


Los que están empleados en nuestras diversas instituciones -casa editoras, escuelas, sanatorios,- deben tener una relación viva con Dios. Es especialmente importante que aquellos que administran estos ramos de la obra sean hombres que den al reino de Dios y su justicia la primera consideración. No son dignos de su posición de confianza, a menos que consulten a Dios y lleven fruto para su gloria. Deben conducirse de tal modo que honren a su Creador, se ennoblezcan ellos mismos y beneficien a sus semejantes. Todos tienen rasgos naturales que deben ser cultivados o reprimidos, puesto que facilitarán o estorbarán el crecimiento en la gracia y la profundidad de la experiencia religiosa. 

Los que se dedican a la obra de Dios no pueden servir a esta causa aceptablemente, a menos que usen lo mejor que puedan los privilegios religiosos que disfrutan. Son como árboles plantados en el huerto del Señor; y él viene a nosotros buscando el fruto que tiene derecho a esperar. Su ojo ve a cada uno de nosotros; lee nuestro corazón y comprende nuestra vida. Esta es una inspección solemne, porque se refiere al deber y al destino; y con qué interés se cumple. 

Pregúntese cada uno de aquellos a quienes han sido confiados cometidos sagrados: "¿Qué ve en mí el ojo escrutador de Dios? ¿Está mi corazón limpio de contaminación, o han llegado a estar tan profanados los atrios de su templo, tan ocupados por compradores y vendedores, que Cristo no halla cabida?" El apresuramiento de los negocios, si es continuo, apagará la espiritualidad, y desterrará a Cristo del alma. Aunque profesen la verdad, si los hombres pasan día tras día sin relación viva con Dios, serán inducidos a hacer cosas extrañas; 133 tomarán decisiones que no concordarán con la voluntad de Dios. No hay seguridad para nuestros hermanos dirigentes mientras avancen según sus propios impulsos. No estarán unidos con Cristo, y no obrarán en armonía con él. No podrán ver ni comprender las necesidades de la causa y Satanás los inducirá a asumir actitudes que estorbarán y molestarán. 

Hermanos míos, ¿estáis cultivando la devoción? ¿Se destaca vuestro amor por las cosas religiosas? ¿Estáis viviendo por la fe y venciendo al mundo? ¿Asistís al culto público de Dios? ¿Se oye vuestra voz en las reuniones de oración y testimonio? ¿Celebráis el culto en vuestra familia? ¿Reunís a vuestros hijos mañana y noche y presentáis sus casos a Dios? ¿Les instruís acerca de cómo seguir al Cordero? Si vuestra familia es irreligiosa, testifica de vuestra negligencia e infidelidad. Si, mientras estáis relacionados con la causa sagrada de Dios, vuestros hijos son negligentes, irreverentes y no tienen amor por las reuniones religiosas ni la verdad sagrada, es algo triste. Una familia, tal ejerce influencia contra Cristo y la verdad; pues dice Cristo: "El que no es conmigo, contra mí es." 

El hogar en el cual reina Cristo 

La negligencia religiosa en el hogar, el descuidar la educación de los hijos, es algo que desagrada mucho a Dios. Si uno de vuestros hijos estuviese en el río, luchando con las ondas, y en inminente peligro de ahogarse, ¡qué conmoción se produciría! ¡Qué esfuerzos se harían, qué oraciones se elevarían, qué entusiasmo se manifestaría para salvar esa vida humana! Pero aquí están vuestros hijos sin Cristo, y sus almas no están salvas. Tal vez son hasta groseros y descorteses, un oprobio para el nombre adventista. Perecen sin esperanza y sin Dios en el mundo, y vosotros sois negligentes y despreocupados. 

¿Qué ejemplo dais a vuestros hijos? ¿Qué orden tenéis en casa? Debéis enseñar a vuestros hijos a ser bondadosos, serviciales, accesibles a las súplicas, y sobre todo lo demás, respetuosos de las cosas religiosas y conscientes de la importancia 134 de los requerimientos de Dios. Se les debe enseñar a respetar la hora de la oración; se debe exigir que se levanten por la mañana para estar presentes en el culto familiar. 

Los padres y las madres que ponen a Dios en primer lugar en su familia, que enseñan a sus hijos que el temor del Señor es el principio de la sabiduría, glorifican a Dios delante de los ángeles y delante de los hombres, presentando al mundo una familia bien ordenada y disciplinada, una familia que ama y obedece a Dios, en lugar de rebelarse contra él. Cristo no es un extraño en sus hogares; su nombre es un nombre familiar, venerado y glorificado. Los ángeles se deleitan en un hogar donde Dios reina supremo, y donde se enseña a los niños a reverenciar la religión, la Biblia y al Creador. Las familias tales pueden aferrarse a la promesa: "Yo honraré a los que me honran." (1 Sam. 2: 30.) Y cuando de un hogar tal sale el padre a cumplir sus deberes diarios, lo hace con un espíritu enternecido y subyugado por la conversación con Dios. Él es cristiano, no sólo en lo que profesa, sino en sus negocios y en todas sus relaciones comerciales. Hace su trabajo con fidelidad, sabiendo que el ojo de Dios está sobre él. 

En la iglesia su voz no guarda silencio. Tiene palabras de gratitud y estímulo que pronunciar; porque es un cristiano que crece, tiene una experiencia renovada cada día. Es un obrero activo en la iglesia, y ayuda, trabajando para la gloria de Dios y la salvación de sus semejantes. Se sentiría condenado y culpable delante de Dios si no asistiese al culto público y no aprovechase los medios que le habilitan para prestar un servicio mejor y más eficaz en la causa de la verdad. 

Dios no queda glorificado cuando los hombres de influencia se transforman en meros negociantes, o ignoran los intereses eternos, que son más duraderos, y son tanto más nobles y elevados que los temporales. ¿Dónde debiera ejercerse el mayor tacto y habilidad, sino en las cosas imperecederas, tan duraderas como la eternidad? Hermanos, desarrollad vuestro talento para servir al Señor; manifestad tanto tacto y capacidad 135 al trabajar para la edificación de la causa de Cristo como lo hacéis en las empresas mundanales. 

Lamento decir que hay gran falta de fervor e interés en las cosas espirituales, de parte de las cabezas de muchas familias. Hay algunos que se encuentran rara vez en la casa de culto. Presentan una excusa, luego otra, y aun otra, por su ausencia; pero la verdadera razón es que su corazón no tiene inclinación religiosa. No cultivan un espíritu de devoción en la familia. No crían a sus hijos en la enseñanza y la admonición del Señor. Esos hombres no son lo que Dios quisiera que fuesen. No tienen relación viva con él; son puramente negociantes. No tienen espíritu conciliador; hay tanta falta de mansedumbre, bondad y cortesía en su conducta que sus motivos se prestan a ser mal interpretados, y hasta se habla mal del bien que realmente poseen. Si pudiesen darse cuenta de cuán ofensiva es su conducta a la vista de Dios, harían un cambio. 

Cualidades de los obreros de Dios 

La obra de Dios debiera, ser hecha por hombres que tienen una experiencia diaria y viva en la religión de Cristo. "Sin mi" - dice Cristo, - "nada podéis hacer." (Juan 15: 5.) Ninguno de nosotros está libre del poder de la tentación. Todos los que están relacionados con nuestras instituciones, nuestras asociaciones y empresas misioneras, pueden estar siempre seguros de que tienen un poderoso enemigo, cuyo objeto constante consiste en separarlos de Cristo, su fuerza. Cuanto mayor sea la responsabilidad del puesto que ocupan, tanto más feroces serán los ataques de Satanás; porque él sabe que si puede inducirles a seguir una conducta censurable, otros seguirán su ejemplo. Pero los que están continuamente aprendiendo en la escuela de Cristo, podrán seguir un camino moderado, y los esfuerzos de Satanás para desequilibrarlos serán derrotados. 

La tentación no es pecado. Jesús era santo y puro; sin embargo fue tentado en todo como nosotros, pero con una fuerza y un poder que nunca el hombre tendrá que soportar. En su 136 resistencia triunfante, nos ha dejado un hermoso ejemplo, a fin de que sigamos sus pisadas. Si tenemos confianza en nosotros mismos y nos consideramos justos, se nos dejará caer bajo el poder de la tentación; pero si miramos a Jesús y confiamos en él, invocaremos en nuestra ayuda un poder que ha vencido al enemigo en el campo de batalla, y con toda tentación nos dará una vía de salida. Cuando Satanás viene como una inundación, debemos arrostrar sus tentaciones con la espada del Espíritu, y Jesús nos ayudará y levantará bandera contra él. El padre de la mentira tiembla cuando la verdad de Dios, con poder ardiente, le es arrojada a la cara. 

Satanás hace cuanto puede para apartar de Dios a la gente; y tiene éxito cuando la vida religiosa está ahogada en las actividades comerciales, cuando puede absorber de tal manera la mente con los negocios que no se toma tiempo para leer la Biblia, para orar en secreto, para mantener ardiente sobre el altar mañana y noche la ofrenda de alabanza y agradecimiento. ¡Cuán pocos se dan cuenta de las trampas del gran engañador! ¡Cuántos ignoran sus designios! 

Cuando nuestros hermanos se ausentan voluntariamente de las reuniones religiosas, cuando no piensan en Dios ni le veneran, cuando no le eligen como su consejero y su fuerte torre de defensa, ¡cuán pronto los pensamientos seculares y la perversa incredulidad penetran en su vida y la vana confianza y la filosofía acuden a reemplazar la fe humilde y confiada! Con frecuencia se estiman las tentaciones como la voz del verdadero Pastor, porque los hombres se han separado de Jesús. No pueden estar seguros un momento, a menos que alberguen buenos principios en el corazón, y los apliquen en toda transacción comercial. 

"Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, demándela a Dios, el cual da a todos abundantemente, y no zahiere; y le será dada." (Sant. 1: 5.) Esta promesa es de más valor que el oro o la plata. Si con corazón humilde buscamos la dirección divina en toda dificultad y perplejidad, tenemos la promesa de 137 su Palabra de que obtendremos misericordiosa respuesta. Y su palabra nunca faltará. El cielo y la tierra pasara, pero su palabra nunca pasará. Confiemos en el Señor, y nunca seremos confundidos o avergonzados. "Mejor es esperar en Jehová que esperar en hombre. Mejor es esperar en Jehová que esperar en príncipes." (Sal. 118: 8, 9.) 

Constante necesidad de ayuda 

Cualquiera sea la posición que ocupemos en la vida, cualquiera sea nuestro que hacer, debemos ser bastante humilde para sentir nuestra necesidad de ayuda; debemos apoyarnos implícitamente en las enseñanzas de la Palabra de Dios, reconocer su providencia en todas las cosas, y ser fieles en expresar en oración el sentimiento de nuestras almas. Apoyaos en vuestro propio entendimiento, amados hermanos, mientras os abrís paso en el mundo, y cosecharéis tristeza y desilusión. Confiad en el Señor con todo vuestro corazón, y él guiará vuestros pasos con sabiduría, y vuestros intereses estarán seguros para este mundo y para el venidero. Necesitáis luz y conocimiento. Tomaréis consejo de Dios o de vuestro corazón; andaréis a la luz de las chispas de vuestro propio fuego, u os allegaréis a la luz divina del Sol de justicia. 

No actuéis por motivos de política. El gran peligro de nuestros hombres de negocios y de los que ocupan puestos de responsabilidad, es que lleguen a apartarse de Cristo para obtener alguna ayuda fuera de él. Pedro no habría sido abandonado hasta revelar tanta debilidad e insensatez, si no hubiese buscado, por el acomodo o la política, evitar el oprobio y el desprecio, la persecución y el ultraje. Sus más altas esperanzas estaban concentradas en Cristo; pero cuando le vio humillado, dejó penetrar la incredulidad en su corazón. Cayó bajo el poder de la tentación, y en vez de mostrar su fidelidad en la crisis, negó perversamente a su Señor. 

A fin de ganar dinero, muchos se separan de Dios e ignoran sus intereses eternos. Siguen la misma conducta que el hombre 138 mundano, maquinador; pero Dios no está en esto, es una ofensa para él. El quisiera que ellos fuesen prontos para idear y ejecutar planes; pero todos los asuntos comerciales deben ser manejados en armonía con la gran ley moral de Dios. Los principios del amor a Dios y al prójimo deben ser aplicados en todos los actos de la vida diaria, tanto en los más pequeños como en los más grandes. Debe haber un deseo de hacer más que pagar diezmo de la menta, el anís y el comino; y las cosas mayores de la ley: el juicio, la misericordia y el amor de Dios, no deben ser descuidados; porque el carácter personal de todo aquel que está relacionado con la obra deja su impresión sobre ella. 

Negociantes cristianos 

Hay hombres y mujeres que lo han dejado todo por Cristo. Consideraron sus propios intereses temporales, su propio goce de la sociedad y la familia, de menor importancia que los intereses del reino de Dios. No dieron a las casas y tierras, a los parientes y amigos, por queridos que sean, el primer lugar en sus afectos, para dejar el segundo a la causa de Dios; y los que hacen esto, que dedican su vida al progreso de la verdad, a traer muchos hijos e hijas a Dios, tienen la promesa de que recibirán cien veces tanto en esta vida, y en el mundo venidero la vida eterna. Los que trabajan desde un punto de vista noble y con motivos abnegados serán consagrados a Dios, en cuerpo, alma y espíritu. No ensalzarán al yo; no se sentirán competentes para asumir responsabilidades; pero no se negarán a llevar las cargas, porque tendrán el deseo de hacer cuanto pueden hacer. No estudiarán su propia conveniencia; lo que ellos preguntan es: ¿Cuál es mi deber? 

Cuanta más responsabilidad implique el puesto, tanto más esencial es que la influencia sea correcta. Cada hombre a quien Dios eligió para hacer una obra especial viene a ser blanco de Satanás. Las tentaciones le apremiarán de todas partes; porque nuestro vigilante enemigo sabe que su conducta ejerce una influencia que modela a otros. Estamos en medio de los peligros 139 de los últimos días, y Satanás ha descendido con grande ira, sabiendo que le queda poco tiempo. Trabaja con toda operación de iniquidad; pero el cielo está abierto para todo aquel que confía en Dios. La única seguridad para cualquiera de nosotros consiste en aferrarnos a Jesús, y en no permitir que cosa alguna separe al alma de su poderoso Ayudador. 

Los que tienen solamente una forma de piedad, y, sin embargo, están relacionados con la causa en forma comercial, han de ser temidos. Traicionarán seguramente su cometido. Serán vencidos por los designios del tentador y harán peligrar la causa de Dios. Serán tentados a dejar predominar el yo; se despertará en ellos un espíritu intolerante y censurador, y en muchos casos carecerán de consideración y compasión hacia aquellos a quienes se necesitaría tratar con ternura reflexiva. 

"Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará." "(Gál. 6: 7.) ¿Qué semilla estamos esparciendo? ¿Cuál será nuestra siega para el tiempo y la eternidad? A cada hombre el Maestro ha asignado su trabajo, según su capacidad. ¿Estamos sembrando la semilla de verdad y justicia, o la de incredulidad, desafecto, malas sospechas y amor al mundo? El que esparce mala semilla puede discernir la naturaleza de su obra, y arrepentirse y ser perdonado. Pero el perdón del Maestro no cambia el carácter de la semilla sembrada, ni hace de los cardos y espinas trigo precioso. El sembrador puede ser salvado como a través del fuego; pero cuando llegue el tiempo de la siega, habrá solamente cizaña venenosa donde debieran ondear campos de trigo. Lo que se sembró con perversa negligencia hará su obra de muerte. Este pensamiento entristece mi corazón. Si todos los que profesan creer la verdad sembrasen las preciosas semillas de bondad, amor, fe y valor, habría melodía para Dios en su corazón mientras van recorriendo el camino hacia arriba, y se regocijarían en los brillantes rayos del Sol de justicia, y en el gran día de la congregación final recibirían una recompensa eterna.

Por
Elena G. de White 
Joyas de los Testimonios v.2 - Capítulo 21.



lunes, 16 de julio de 2012

Elena G. de White y la Batería en la Música adventista


Existe un segmento en el Adventismo que se opone a los instrumentos de percusión en la música debido a un pasaje de Elena G de White (EGW) que menciona tales instrumentos en un contexto desfavorable. Sin embargo, ¿cuál era la posición de EGW sobre la percusión, la batería y otros instrumentos en la música adventista? ¿Cuál es el contexto y la aplicación de la declaración referente a la música y culto adventistas en el pasado y hoy? Este artículo se propone a aclarar esas preguntas en los escritos de EGW. 

Contexto histórico 
 En el año de 1899 se desarrolló un movimiento dentro del Adventismo en el estado de Indiana, EE. UU., llamado movimiento de la Carne Santificada1. Entre otras herejías, los líderes de la iglesia en aquel estado empezaron a diseminar la idea de que la conversión llevaba a un estado de santidad física. Cuando obtenían el Espíritu Santo por medio de manifestaciones físicas, los creyentes pasarían por el “jardín”, recibirían la Carne Santificada y estaría libres del pecado y preparados para la trasladación.
El movimiento tuvo su clímax en una reunión de reavivamiento de Indiana, en el verano de 1900. Dos ministros adventistas, Stephen Haskell y A. J. Breed explicaron el siguiente relato: 

...Estos fanáticos provocaban en sus servicios un grado elevado de excitación utilizando instrumentos musicales tales como órganos, flautas, violines, tamboriles, trompas y hasta un gran bombo. Como buscaban una manifestación de orden físico, gritaban, oraban y cantaban hasta que alguno de la congregación caía postrado e inconsciente. Una o dos personas que recorrían el pasillo de un extremo a otro con ese propósito, arrastraban al que había caído hasta el escenario. De inmediato, como una docena de personas se reunían en torno a él, algunas cantando, otras gritando, y unas cuantas orando, todas al mismo tiempo. Cuando el individuo volvía en sí, era contado entre los que habían pasado a través de la  experiencia del Getsemaní, que habían obtenido Carne Santificada, y que tenían la fe de la traslación.2

En el día 25 de septiembre de 1900, Stephen Haskell escribió a EGW que estaba en ese momento en California, recién llegada de Australia:

Hay un gran poder que acompaña el movimiento... debido a la música que es tocada... Cuando llegan a una nota aguda, no es posible escuchar a la congregación cantando, solamente se escuchan gritos de los que parecen estar casi enloquecidos.3 

Entre otras amenazas a la Iglesia en 19004, el riesgo de que la manifestación carismática de la Carne Santificada se propagara era tan real que EGW había decidido volver de Australia en enero de 1900, cuando recibió la visión del incidente. En el día 17 de abril de 1901, en la reunión de la Conferencia General, EGW leyó la declaración encontrada en el libro Mensajes Selectos t. 2, p 35. Con la oposición de EGW a las herejías del movimiento, el presidente de la asociación de Indiana y otros líderes confesaron públicamente el error y se deshizo el movimiento.5
El pasaje que menciona la percusión y que está en el centro de la controversia actual dice: 

Esas mismas cosas que habéis explicado que ocurrían en Indiana, el Señor me ha mostrado que volverían a ocurrir justamente antes de la terminación del tiempo de gracia. Se manifestará toda clase de cosas extrañas. Habrá vocerío acompañado de tambores, música y danza.6

Antes de que entremos en el centro de la cuestión, es bueno recordar sobre la diferencia entre exégesis y eiségesis. La exégesis está preocupada en extraer del texto lo que está siendo dicho, mientras la eiségesis agrega al texto lo que no fue realmente expresado. Eiségesis es lo que “yo creo que debería ser dicho”, donde una opinión preestablecida influencia la lectura y palabras aisladas del contexto se hacen un fin en si mismas. 
En ese artículo, vamos a ocuparnos con la exégesis, que es el estudio de lo que EGW tuvo intención en ese pasaje, llevándose en consideración el contexto histórico y teológico de sus escritos, términos usados y el mensaje central de lo que se está diciendo. Sobre la interpretación de sus mensajes, ella recomienda que: 

Acerca de los testimonios, nada es ignorado, nada es puesto a un lado. Sin embargo, deben tomarse en cuenta el tiempo y el lugar.7

Observe su preocupación en que el “tiempo y lugar” de señalar sus mensajes tengan la prioridad en su interpretación y aplicación. Ese punto es fundamental para la comprensión correcta del mensaje al movimiento de la Carne Santificada.   

Tambores: ¿punto central? 
 De acuerdo con George Knight, historiador adventista y autoridad en espíritu de profecía, uno de los principios fundamentales para la interpretación de EGW es dar énfasis en al centro del mensaje que está siendo dado, y no en detalles periféricos del mensaje8. Se debe destacar que el centro del mensaje de las 9 páginas de la Carta 132 de 1900 es fundamentalmente exponer las herejías doctrinales del movimiento de la Carne Santificada. El centro no son los tambores o la música, sino el fanatismo. La preocupación secundaria de EGW es combatir el culto caótico que resultaba de esas doctrinas9
Sobre el culto de la Carne Santificada en septiembre de 1900, ella dice:  “Las cosas que me has comentado... el Señor me ha revelado.” 
El mensaje de la carta de Haskel fue la confirmación de un mensaje que ella había recibido en enero de 190010, ocho meses antes de que el movimiento de la Carne Santificada prosperase. La revelación era específicamente sobre el movimiento de la Carne Santificada que ocurriría en 1900. (Exploraremos ese punto en el final del artículo). 

Banda del Ejército de Salvación (1894)En su informeStephenHaskell describió el culto y la banda en Indiana como una "copiade los avivamientos del Ejército de SalvaciónPor delante se ven a los instrumentos de sordos (bomboy de otro tipo utilizados por elMovimiento de la Carne Santificada.
El calificativo “extraño” se refiere a cada uno de los elementos mencionados. En otras palabras, además de las doctrinas extrañas, habría gritosextraños, tambores tocados de forma extraña, música extraña y danza extraña. Esa diferenciación es importante porque EGW no se opuso el uso de tales elementos cuando eran para inspirar el creyente y exaltar el nombre de Dios en adoración. Leamos lo que ella dice: 

a)  Gritos de alabanza:
Se me ha mostrado que cantar frecuentemente aparta el enemigo, y gritar en alabanza lo derrotaría.11

b)  Tambores y percusión:
El uso de instrumentos musicales no es de ninguna manera objetable. ...Los adoradores alababan a Dios con arpas y címbalos, de modo que la música debería tener su lugar debido en los servicios de culto. Contribuirá a mantener el interés.”12 “Nuevamente el largo séquito se puso en movimiento, y flotó hacia el cielo la música de arpas y cornetas, de trompetas y címbalos, fusionada con la melodía de una multitud de voces. En su regocijo, David “danzaba con todas sus fuerzas delante de Jehová”, al compás de la música.13

c)  Música:
Cuando no se abusa de la música, ésta es una gran bendición; pero mal empleada, es una terrible maldición.14 

d)    Danza:
David 'danzaba con todas sus fuerzas delante de Jehová', al compás de la música. La música y la danza de alegre alabanza a Dios ... no se asemejaban para nada a la disipación de los bailes modernos. Las primeras tenían por objeto recordar a Dios y ensalzar su santo nombre.15
 
Entonces, ¿cuál era el papel de la música y de los instrumentos en el culto mencionado?  ¿Ella condenó la música y los instrumentos en particular o la forma en que eran usados? ¿Cuál es el papel de otros elementos extra-musicales? ¿Cuál era la mayor preocupación de EGW cuando enfrentó la herejía de la Carne Santificada? Y por fin, ¿cuál es la posición de EGW sobre el uso de instrumentos en el culto adventista?
Una investigación sobre el contexto histórico del movimiento de la Carne Santificada nos da las siguientes informaciones:
1.     Los “tambores” eran lo que hoy conocemos por un bombo de fanfarria y tres tamboriles. A pesar de que la palabra “drums” en el origina inglés describa la batería moderna (o drumkit), no es lo que EGW vio. Según Arthur White,16  la visión se aplicaba a los tambores y tamboriles de la Carne Santificada, y no a nuestra batería moderna, porque la batería como instrumento aún no existía. Ella se fue desarrollando a partir del inicio del siglo 20 por la incorporación de varios instrumentos de percusión (tambores, platillos, etc.) a fin de que fueran ejecutados por solamente un músico. Por esa razón es incorrecto comparar los tambores de la época con la batería moderna, pese a que “drums” los define y que ambos sean instrumentos de percusión.
A pesar de que no tenemos la descripción de la técnica instrumental que era usada, el carácter del bombo permite a que concluyamos que sobresalía a todos los otros instrumentos y al canto, creando un sonido repetitivo, ensordecedor e hipnotizador. Observe que solamente un bombo es suficiente para una fanfarria de varios instrumentos como se ve en la fotografía.
Se ha llegado a la conclusión que, si EGW ha mencionado tambores por su nombre, ellos deben haber sido responsables por el culto caótico. Pero había otros instrumentos en el culto cuyo mal uso también condenó, como veremos adelante. El hecho de que ella ha singularizado a los tambores solamente puede indicar que, en su visión del suceso, el bombo se sobresalía a los otros instrumentos en la música. Que mencione “tambores y música” da la impresión de apoyar esa conclusión. Pese a que los tambores fueran parte de la música, ella los oía por sobre la música (otros instrumentos y el canto), contribuyendo al culto caótico, donde todos tocaban, cantaban y oraban, saltaban y gritaban al mismo tiempo, resultando en “ruido y confusión”.17
2.     EGW incluye “música” y otros instrumentos en ese escenario. De acuerdo con S. Haskell y otros, la música caótica de la Carne Santificada incluía un órgano, un contrabajo acústico, trompetas, un tambor grave o bombo, el canto congregacional y posiblemente un coro. Por lo tanto la evidencia es de que todos los elementos musicales mencionados, así como las oraciones, gritos histéricos, desmayos, además de los tambores llevaban al éxtasis y “todo lo que es extraño”.
Necesitamos limitarnos a lo que ella dijo. Observe que EGW no condenó la música, así como no condenó a los tambores en si mismos. Si EGW condenó la música y los otros instrumentos, ¿habrá que eliminar el canto congregacional, el órgano, los violines, las trompetas y flautas de nuestras iglesias? Si vamos a crear un paralelo, a pesar de estar equivocado para poder condenar los tambores (batería), es necesario que sea consistente y todo lo que se refiera a la música debe ser removida del culto.
Si EGW condenó la música y los otros instrumentos, ¿habrá que eliminar el canto congregacional, el órgano, los violines, las trompetas y flautas de nuestras iglesias?Para Elena de White, todos los instrumentos de Indiana eran culpables por su uso inapropiado.
Sin embargo, EGW extiende su posición cuando habla sobre la música del movimiento de la Carne Santificada:

Es mejor no mezclar nunca el culto a Dios con música, que utilizar instrumentos musicales para realizar la obra que ... tendría lugar en nuestras reuniones de reavivamiento.
Satanás trabaja en medio del estruendo y de la confusión producida por esa clase de música [*que incluyen el canto, el órgano, flautas, violines, trompetas, percusión], la cual, si fuera dirigida debidamente, serviría para alabar y glorificar a Dios.
Satanás convertirá la música en una trampa debido a la forma como es dirigida.”18

Para ella, todos los instrumentos de Indiana eran culpables por su uso inapropiado. Esa explicación de la posición de EGW es crucial para que entendamos su verdadera intención cuando condenó lo que ocurría en Indiana. Es evidente que el uso inapropiado de la música e instrumentos hacía el ruido y el caos, no los elementos por sí mismos.
La batería y la percusión, así como el piano, el órgano, el violín si son tocados de forma apropiada pueden facilitar la alabanza vibrante y “contribuirá a mantener el interés”19 en el culto, siendo así para “alabanza de gloria de Dios” o para ser una “trampa” en las manos del enemigo.
En realidad, un órgano de tubos, considerado como el “rey de los instrumentos” si fuera tocado de forma caótica tiene mayor potencial de “chocar a los sentidos” que la batería o percusión. Imagínese un órgano con 20.000 tubos siendo tocado en al máximo volumen, con el tuttiactivado (N.T.: tutti u “órgano pleno” es un elemento de órgano en forma de pistón que, cuando activado, permite que instrumento tenga sonoridad completa), sin cualquier noción armónica o musical, por una hora sin parar mientras la congregación canta y ora al mismo tiempo. Porque los tubos del órgano tienen una amplitud de frecuencia mucho mayor que la de la percusión, el “ruido y la confusión” de este sería extremadamente mayor que la batería, aunque amplificada. De manera lógica no es el instrumento por sí mismo que es malo y sí el mal empleo del mismo que genera ruido y confusión.
3.     La música del movimiento era usada para acompañar, enfatizar y expandir conceptos teológicos del movimiento. Sin la herejía de éxtasis física y Carne Santificada para la traslación, la música extremadamente excitante, que llevaba a las personas a la experiencia del “jardín” (desmayos y contorsiones), no tendría lugar. La música y el culto no se iniciaron en un vacío sino iban de la mano con las creencias del grupo. EGW consideró inicialmente tales creencias en su carta y advirtió en contra permitir que elementos teológicos extraños llevasen a la iglesia a adoptar estilos de adoración que exaltasen esas manifestaciones extrañas. Cuando la herejía fue desenmascarada, el culto caótico desapareció.
4.     EGW aquí no está condenando el uso de percusión y otros instrumentos por sí mismo. Lo tambores, juntamente a otros instrumentos, estaban siendo usados para crear un éxtasis emocional y físico. Nuevamente, es importante limitarnos a lo que fue realmente dicho. No eran los instrumentos por si sino su uso en estimular la manifestación de “todo lo que es extraño” en el culto lo que los hacía condenables. Ellos hacían parte de un paquete de falsa adoración. Ella no está condenando la percusión, así como no está condenando el órgano o violines que estaban presentes en aquel culto. Ella advierte en cuanto al uso inapropiado que hacemos de ellos llevando al caos en la adoración y haciendo de la música una “trampa”.
5.     Los gritos del movimiento de la Carne Santificada eran más próximos a ataques de histeria que alabanza. La palabra usada por S. Haskell para describir los gritos de la Carne Santificada es “shriek”, que tendría una traducción semejante a “chillido”. Ella describe un grito agudo estridente, de histeria o terror.
En el inicio de su ministerio, EGW gritaba “¡Gloria, gloria, gloria!” en el inicio de sus visiones. Esa práctica de dar gritos de alabanza era común en el culto adventista primitivo. James White llamó “tibios, engañados e endurecidos” a los que se oponían a los gritos de alabanza.20
El grito de alabanza en el culto adventista de la época era una referencia directa al Salmo 98:4: “Cantad alegres a Jehová, toda la tierra; Levantad la voz, y aplaudid, y cantad salmos.” (Véase también Salmo 132:9). En Apocalipsis 19:6, Juan describe una multitud que clama tan alto que él parece oír truenos: “Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!”.21 El clamar aquí es el deseo incontrolable de alabar a Dios, muy diferente a los gritos estridentes de la Carne Santificada.22 Esa práctica de clamores de alabanza sigue viva en las Iglesias Adventistas afro-americanas.
6.     La “danza” que ella menciona haber visto en un culto en Indiana no era para alabanza como leemos en el Salmo 150 y sí un movimiento extraño, espasmódico, que parecería incluir desmayos y era resultado del éxtasis físico que acompañaba al culto. Como dicho anteriormente, EGW sabía la distinción entre la danza afectada por movimientos extraños o sensuales23 y la danza “que tenía tendencia a recordarse de Dios” (véase Jeremías 31:13). EGW aquí acepta un tipo de danza o movimiento con características litúrgicas, que recuerdan a Dios y exaltan a Su nombre.
Cuando consideramos la riqueza y variedad de los escritos de Elena de White, los tambores reciben mínima atención. El problema no es el instrumento sino el estilo en que es tocado y la falsa doctrina y emocionalismo que acompañan su uso.
Por lo tanto, en respuesta a la pregunta inicial de esta sección, “Tambores: ¿punto central?” parece que está claro que los tambores en Indiana eran solamente un elemento en el escenario y no el centro de la atención. Además, EGW no condenó los tambores como causantes de la herejía y del culto, como pretenden algunas interpretaciones del pasaje. Ellos eran secundarios a una teología de adoración desfigurada.
Igualmente parece claro la distinción entre la legitimidad de otros elementos de la adoración adventista de la época y su uso mal interpretado en el culto de la Carne Santificada. A continuación vamos a ver otros aspectos importantes del contexto en cuestión.

EGW y los Instrumentos Musicales
Una búsqueda de la frecuencia de la palabra “drums” (tambores) en los escritos de EGW24 resulta solamente 15 referencias, de las cuales 14 son repeticiones de la Carta 132 de 1900, que como hemos visto, hace referencia a un bombo de fanfarria y no a la batería moderna, pese a que el término “drums” defina a ambos. La otra referencia menciona una visita de EGW a Basel, Suiza, en diciembre de 1886, donde vio un entrenamiento militar de soldados y jóvenes suizos usando tambores.25
La palabra tamboril en la versión King James de la biblia inglesa, “timbrels” y “tabrets”, son mencionadas pocas veces por ella y casi siempre de manera favorable en el contexto de celebraciones del pueblo de Israel, como por ejemplo en el encuentro de Saul con un grupo de profetas de Dios que tocaban “salterio, tamboriles, flauta y harpa” en Isaías 30:29 y Ezequiel 28:13 que menciona “tambores” cuando habla de Lucifer en el cielo.26
Por la aparente falta de interés en el instrumento por si, el historiador adventista Arthur Patrick concluye que:

Cuando consideramos la riqueza y variedad de los escritos de Elena de White, los tambores reciben mínima atención. El problema no es el instrumento sino el estilo en que es tocado y la falsa doctrina y emocionalismo que acompañan su uso. El uso de tambores es visto por Elena G de White como teniendo los mismos problemas que tiene la música. Se estaría de acuerdo que el punto en cuestión no es la música sino la música inapropiada.27

Nótese que la resistencia en aceptar ciertos instrumentos en el culto de la Iglesia Adventista no es nueva. Desde el inicio del movimiento hasta 1877, el canto congregacional era realizado a capella. En 1877 James White y John Loughborough experimentaron resistencia cuando intentaron incluir un órgano en una reunión de reavivamiento en California. Loughborough leyó el Salmo 150 y hasta agregó “órganos” en la lista para poder defender el uso de instrumentos en la adoración. A pesar del recelo, los presentes se dieron cuenta de que el canto congregacional mejoró considerablemente!28
EGW también interpretó a los Salmos y sus instrumentos como literales y, a su vez, no prefirió ciertos instrumentos por sobre otros. Ella habló en favor de que se usara la guitarra acústica en el culto y cuando estuvo en Suecia, ella pidió que una señora no-adventista cantara al sonido de guitarra en la apertura de las reuniones.29
Sobre la inclusión de varios instrumentos en el culto, ella dice:
En las reuniones que se realicen, escójase a un número de personas para que tomen parte en un servicio de canto. Y acompáñese entonces el canto con instrumentos musicales tocados con habilidad. No hemos de oponernos al empleo de instrumentos de música en nuestra obra.30
En los servicios de nuestros congresos campestres debiera haber cantos y música instrumental”.31
El uso de instrumentos musicales no es de ninguna manera objetable. ... Los adoradores alababan a Dios con arpas y címbalos [percusión], de modo que la música debería tener su lugar debido en los servicios de culto. Contribuirá a mantener el interés.
Si los tambores y la percusión fuesen incompatibles con la música sacra, se debería esperar que ella articulase su posición de forma específica y en términos como: “Se me ha mostrado que los tambores y tamboriles son ofensivos a Dios y no deben ser usados en su culto y en la música del Señor” como ella ha hecho en otros asuntos de vital importancia para la Iglesia Adventista. Pero tal cita no existe.
Me alegro de oír los instrumentos musicales que tenéis aquí. Dios quiere que los tengamos.32

Debemos observar que ella no intentó crear una distinción arbitraria entre instrumentos “sacros” y “profanos”.33 No existe en sus escritos nada que dé apoyo a esa diferenciación, y tampoco lo hay en la Biblia. Mencionar ciertos instrumentos musicales y otros elementos omitidos o incluidos en el ritual del Templo como modelo para nuestra adoración es incoherente, pues elementos que incluimos hoy fueron omitidos. Por ejemplo, mujeres que ofician, la congregación que participa dentro del “santuario”, mientras instrumentos musicales que eran usados en el Templo también tomaban parte en fiestas y cultos paganos.34Por esa razón, lo que ocurría en el Templo no es modelo para lo que ocurre en la Iglesia pues ambos tenían distintas funciones.35
EGW se opuso a cualquier instrumento, no solamente de percusión, cuando era usado para crear confusión en la adoración y en apoyo a manifestaciones extrañas y caóticas:

Es mejor no mezclar nunca el culto a Dios con música, que utilizar instrumentos musicales para realizar la obra que ... que tendría lugar en nuestras reuniones de reavivamiento. ... El ruido desconcertante aturde los sentidos y desnaturaliza aquello que, si se condujera en la forma debida, constituiría una bendición.36

Se observa que ella incluye aquí todos los instrumentos musicales que estaban siendo usados en la reunión de Indiana, como hemos visto antes, y no solamente los “tambores”. Es importante notar que para apoyarse cierta interpretación se haga énfasis en los tambores solamente, pero claramente no es esa la intención del mensaje. Vamos a ver más sobre esa práctica en el final del artículo.
Si los tambores y la percusión fuesen incompatibles con la música sacra, se debería esperar que ella articulase su posición de forma específica y en términos como: “Se me ha mostrado que los tambores y tamboriles son ofensivos a Dios y no deben ser usados en su culto y en la música del Señor” como ella ha hecho en otros asuntos de vital importancia para la Iglesia Adventista. Pero tal cita no existe. Por ello, intentar justificar la prohibición indiscriminada del uso de la batería en el día de hoy porque ella trae “ruido y confusión” no puede ser sostenida por los escritos de EGW.
En la Biblia, tamboriles y címbalos y otros instrumentos eran usados en situaciones de júbilo, en la adoración vibrante y para las festividades del pueblo de Dios.37 Tales características de la percusión permite a que concluyamos que si la batería fuera usada de forma hábil en la música y en el culto, sin hacerse un fin en si misma y como parte de un contexto musical equilibrado, ella puede realmente facilitar el culto enérgico y vibrante que EGW prefería en lugar del culto formalista y fríamente solemne.38
También esperar que todos puedan tocar los mismos instrumentos y tengan el mismo talento musical no es la visión bíblica de la adoración. El Salmo 150 permite que todos puedan usar sus variados talentos musicales en adoración a Dios:39

Alabad a Dios en su santuario; Alabadle en la magnificencia de su firmamento. Alabadle por sus proezas; Alabadle conforme a la muchedumbre de su grandeza. Alabadle a son de bocina; Alabadle con salterio y arpa. Alabadle con pandero y danza; Alabadle con cuerdas y flautas. Alabadle con címbalos resonantes; Alabadle con címbalos de júbilo. Todo lo que respira alabe a JAH. Aleluya. (Salmo 150).40

Y EGW agrega que:

La diversidad de dones conduce a una diversidad de operaciones, “pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo”. 1 Corintios 12:6.41
...porque no todas las mentes han de ser alcanzadas por los mismos métodos.”42

El Estilo de la Música de la Carne Santificada
También es importante hacer hincapié que EGW no define el estilo de composición de la música de la Carne Santificada. Ella se concentra en el efecto de la música cuando es agregada a herejías doctrinales que lleven a prácticas extrañas y caóticas en el culto. Ella está de acuerdo que las mismas músicas usadas de forma apropiada, serían una bendición.43
De acuerdo con el testimonio de Haskell, el movimiento usaba el himnario adventista de la época44 y también la recopilación Garden of Spices45 que reflejaba el estilo de reavivamientos del Ejército de Salvación (ver nota número 1) y que contenía algunas canciones populares de la época con letra Cristiana.46
Juego de timbales utilizados en la música clásica.
En el Aleluya de Haendellos tímpanos son cruciales para crear el clímax final.
Es importante explorar esa cuestión pues los argumentos en contra de la batería no solamente están limitados a citar el movimiento de la Carne Santificada, sino que también incluyen otras citas de EGW que supuestamente apoyan un cierto estilo musical por sobre otro.47 Sin embargo, un estudio exhaustivo y minucioso de la visión musical en los escritos de EGW no revela ninguna preferencia por técnicas de composición melódica, ritmo, estilo o instrumentos de la música aceptable, si erudita del periodo Barroco, Clásico o Romántico, o mismo contemporánea.48
Nótese igualmente que condenar la percusión por su efecto en la música popular contemporánea o en la música étnica (siendo necesario que “nos separemos del mundo”) ignora el hecho de que ella es usada de forma abundante en la música sacra para enfatizar el ritmo de la música, para crear expectativa o para llegar a un clímax en la música. Quizá el ejemplo más conocido sea el Mesías de Händel, donde los timbales (tambores) son la pieza clave para crear el clímax final del Aleluya. J. S. Bach, compositor sacro por excelencia, igualmente usaba los timbales con libertad. Es difícil imaginar que EGW se opondría al Aleluya de Händel porque usa percusión.
Pese a que no hayan instrucciones específicas sobre un estilo de composición sacro, EGW sí da cualidades generales de la música apropiada para la adoración (especialmente la cantada) como suave, armoniosa, solemne y conmovedora y al mismo tiempo exultante, animada, enérgica y con poder49, cualidades que no son necesariamente incompatibles con la música cristiana contemporánea que usa batería o percussion.50

La batería y el Fin del Tiempo
Como hemos mostrado antes, los tambores que EGW vio eran aquellos usados en Indiana y no la batería moderna. Podríamos parar por aquí y considerar el paralelo entre los dos cómo incorrecto y la prohibición actual falsa. Desafortunadamente, la “profecía de los tambores” se ha hecho un ejemplo clásico de descontextualización y desvirtualización de las intenciones de EGW.
Si deseamos ser fieles a la intención original del mensaje y aplicarlo correctamente, necesitamos respetar la perspectiva del periodo de tiempo y lugar al que ella se refiere. Como hemos visto antes: “Acerca de los testimonios, nada es ignorado, nada es puesto a un lado. Sin embargo, deben tomarse en cuenta el tiempo y el lugar.51
EGW recibió la visión sobre el movimiento de la Carne Santificada en enero de 1900, ocho meses antes de que surgiera en Indiana:

Pero en enero pasado el Señor me mostró que en nuestras reuniones de reavivamiento se introducirían teorías y métodos erróneos, y que se repetiría la historia pasada.
Esas mismas cosas que habéis explicado que ocurrían en Indiana, el Señor me ha mostrado que volverían a ocurrir justamente antes de la terminación del tiempo de gracia. Se manifestará toda clase de cosas extrañas. Habrá vocerío acompañado de tambores, música y danza.
Es mejor no mezclar nunca el culto a Dios con música, que utilizar instrumentos musicales para realizar la obra que en enero pasado se me mostró que tendría lugar en nuestras reuniones de reavivamiento.
El Espíritu Santo no tiene nada que ver con ese desorden perturbador y esa barahúnda que me fueron mostrados en enero pasado.52

Observe como Arthur White, nieto, biógrafo y depositario de EGW aplica la visión:

Elena de White recibió la revelación de lo que ocurriría en enero de 1900 mientras se encontraba en Australia. La extraña obra a penas se estaba desarrollando en Indiana y ella vio lo que ocurriría en la reunión de reavivamiento.53

Un estudio exhaustivo y minucioso de la visión musical en los escritos de EGW no revela ninguna preferencia por técnicas de composición melódica, ritmo, estilo o instrumentos de la música aceptable, si erudita del periodo Barroco, Clásico o Romántico, o mismo contemporánea.

En primer lugar, nótese que para describir la Carne Santificada, Arthur White usa el mismo término “extraña” que EGW usa para lo que ocurriría “en el futuro”, es decir en la reunión de reavivamiento de septiembre de 1900 cuando se manifestó. Siendo que la carta fue leída por EGW en la Conferencia General en abril de 1901, el “futuro” aquí también se refiere a la reunión de reavivamiento que estaría por ocurrir dos o tres meses después, en el verano de 1901 si la herejía se perpetuase en la Iglesia Adventista. Por tanto, Arthur White en su relato del suceso aplica el mensaje de la carta de EGW estrictamente a lo que ocurrió en Indiana en 1900-1901.
EGW continúa diciendo que “Las cosas que han ocurrido en el pasado también acontecerán en el futuro. (MS, t. 2, p. 43)”.
Las “cosas que han ocurrido” no hacían referencia al movimiento de la Carne Santificada, como se quiere aplicar actualmente, y sí a otros movimientos fanáticos que aparecieron en el Adventismo en la década de 1850-60.54 Luego, cuando aplicamos las “cosas que han ocurrido” a Indiana en 1900, estamos hiriendo la intención original de EGW y potencialmente desfigurando el sentido del mensaje. Hablaremos más sobre ese punto a continuación.
Para auxiliar en la comprensión del uso correcto del pasaje en cuestión y la aplicación de sus conceptos al culto y música adventistas actuales, dos puntos deben ser explorados:
Primero, EGW entendía que el tiempo inmediatamente precedente al cierre de la puerta de la gracias, cuando tales elementos se presentarían, era en sus días.
Vea que al mismo tiempo que ella dice:

Esas mismas cosas que habéis explicado que ocurrían en Indiana ... volverían a ocurrir justamente antes de la terminación del tiempo de gracia.

EGW completa la idea diciendo:

Surgirán muchos movimientos semejantes en este tiempo cuando la obra del Señor debería estar en una condición elevada y pura, y no adulterada con supersticiones y fábulas.55

Por lo tanto, “en este tiempo” y “la terminación del tiempo de gracia” para ella son sinónimos. Por el contexto y aplicación general de la carta estrictamente al movimiento de la Carne Santificada (como ha demostrado Arthur White), se debe entender el “volverían a ocurrir” como siendo una descripción del propio movimiento de la Carne Santificada que Dios reveló en enero de 1900volverían a ocurrir en septiembre de 1900, “en las reuniones de reavivamiento”. Hace sentido en nuestra perspectiva llegar a la conclusión de que ese culto falso con tambores, gritos y cosas extrañas reaparecería hoy, “en el futuro”, o porque vivimos más “justamente antes de la terminación del tiempo de gracia” pero para EGW, ese tiempo era en sus días.
El término “justamente” también presenta dificultades. ¿Cuán justamente antes del fin de la gracia eso ocurriría? ¿Dos semanas, un año, 5, 20 o 100 años? Recuérdese que en su bondad, Dios no reveló a sus profetas o a EGW cuanto demoraría el tiempo del fin. Daniel 8:26-27 dice que la visión era para “muchos días” pero ni aún Daniel la comprendió pues estaba sellada. Pablo al hablar de la traslación dice: “luego, los que estemos vivos”, haciendo referencia a la venida de Cristo (1 Tes 4:17); Jesús le dijo a Juan: “Miren que vengo pronto” (Apoc 22:12), pero ya se han pasado casi 2000 años; Juán dice que “la última hora” ya habia llegado (1 Juán 2:18). Todos ellos esperaban que el fin sería en sus días.56
Por tal razón, la expresión “justamente antes de la terminación del tiempo de gracia” tiene un significado mucho más dinámico que un punto específico en el tiempo. En la perspectiva de EGW ese periodo incluía los fanatismos pasados del Adventismo así como el movimiento de la Carne Santificada y no algo exclusivamente en un futuro aún distante, como nuestros días. Después de todo, la advertencia de que tales manifestaciones ocurrirían “en el tiempo del fin” necesitaba hacer eco en el corazón de los oyentes en el contexto inmediato de 1901.
Y la respuesta definitiva de la Iglesia Adventista cuando rechaza lo carismático de la Carne Santificada es una prueba fehaciente de que los líderes entendieron que vivían “justamente antes del tiempo del fin de la gracia”.
En segundo lugar, así como otras profecías bíblicas (Jonás) y del Espíritu de Profecía57la persistencia o resurgimiento de ese estilo de culto en el Adventismo estaba condicionado por la respuesta de la Iglesia a las herejías que lo promovían. Si las herejías doctrinales que estimulaban ese culto caótico no fuesen condenadas y eliminadas de forma categórica, tales manifestaciones continuarían ocurriendo en la Iglesia Adventista “en nuestros días” (1900), en el “futuro” (1901), y más allá. La música se convertiría en “una trampa” para perpetrar falacias teológicas y un culto adulterado. Pero al mismo tiempo ella dice que Dios da instrucciones para que eso sea evitado.
En la perspectiva de EGWla terminación del tiempo de gracia” incluía los fanatismos pasados del Adventismo así como el movimiento de la Carne Santificada y no algo exclusivamente en un futuro aún distante, como nuestros días.
Por cierto, había la posibilidad de que las personas involucradas en el movimiento de la Carne Santificada no aceptaran el consejo y continuaran sus prácticas, o que la Iglesia en general ignorase o aún estimulase tales manifestaciones. Por consiguiente, las herejías y fanatismo del pasado continuarían reapareciendo en el futuro. En sus palabras:

El fanatismo, una vez que ha comenzado y se ha dejado sin control, es tan difícil de apagar como un fuego que se ha posesionado de un edificio.58

Por tal razón hay necesidad de fuertes advertencias sobre la posibilidad de que esas herejías y el culto falsificado pudieran enraizarse y repetirse en el futuro, y un llamado para que la iglesia no desprecie los consejos:

Dios exhorta a su pueblo, que tiene la luz ante sí en la Palabra y los testimonios, a que lea y considere, y luego que obedezca. Se han dado instrucciones claras y definidas a fin de que todos comprendan. No debería estimularse esta clase de culto.59

Igualmente, es fundamental comprender la intención de EGW cuando usa la expresión “la historia volvería a ocurrir” en el contexto de la Carne Santificada.
Así como en la Biblia, necesitamos hacer comparaciones entre las palabras y expresiones usadas en varios contextos por EGW para que se pueda entender correctamente sus intenciones. Veamos otros ejemplos:

Hay el peligro de que la historia del pasado ocurra nuevamente.60
La historia pasada se repetirá; viejos conflictos resurgirán a una nueva vida, y el peligro asediará a los hijos de Dios por doquier.61
Desprecian la evidencia de la operación de Dios y la historia se repite.62
Y esa experiencia se repetirá, a menos que el corazón de los hombres se convierta y se transforme completamente.63
Hombres y mujeres que entienden la voluntad de Dios deben ser elegidos... para que los errores del pasado no se repitan.64
La historia de la rebelión de Datán y Abiram se está repitiendo y se repetirá hasta el fin del tiempo. ¿Quiénes estarán del lado del Señor?65

Y al mismo tiempo en que ella advierte sobre el “peligro” de que se repitiera la historia, ella dice:

Las cosas del pasado ocurrirán nuevamente. … Pero el pueblo de Dios … sabe donde está firmado. Ellos deben permanecer firmes como una roca.66
Esa historia ocurrirá nuevamente. … El pueblo de Dios finalmente triunfará sobre todo el poder de las tinieblas67
No tenemos nada que temer del futuro, a menos que olvidemos la manera en que el Señor nos ha conducido, y lo que nos ha enseñado en nuestra historia pasada.68

Véase que siempre existe la posibilidad de que la historia no se repita si nos colocamos “al lado del Señor” entendiendo “Su voluntad” y no olvidándonos de las “enseñanzas del pasado”.  Por lo tanto, el uso de esa expresión por EGW cuando se refiere a la historia de la Iglesia Adventista  (o del pueblo de Israel) demuestra siempre un peligro o posibilidad de que la historia se repita si los consejos de Dios fuesen rechazados.
En la visión de EGW la repetición del fanatismo y espiritualismo y su culto está condicionada por la respuesta de la Iglesia Adventista como un todo a las lecciones aprendidas en el pasado. Cuando se enfrentó al movimiento, EGW condenó de forma inequívoca los errores doctrinales que estimulaban el culto falso, poniendo alerta sobre el peligro real de que ellos viniesen a manifestarse continuamente en el futuro. Las personas implicadas en Indiana y la dirección de la Iglesia en general respondieron y el movimiento se deshizo.
Es importante que se entienda ese aspecto de condicionalidad de la visión, porque la interpretación habitual de la expresión “la historia volverá a ocurrir” implica que los “tambores” y otros excesos de la música de la Carne Santificada se repetirán cueste lo que cueste en la Iglesia Adventista, pese al rechazo de esos desde 1900 y de la falta de fundamento teológico que los estimule. Tal interpretación termina por poner a la “batería” o percusión como elemento fundamental de la escatología adventista, lo que en sí, es una herejía.
Un otro punto importante que debe ser considerado es el hecho de que la “profecía de los tambores” no es mencionada en ninguna otra parte de los escritos de EGW. Cuando ella menciona la Carne Santificada en sus posteriores escritos, ella se detiene en la herejía teológica, no en los “tambores”.69 Si éstos o la batería moderna viniesen a ser un amenaza “teológica” constante a la Iglesia hasta el fin de los tiempos, se debería esperar que ella mantuviese la misma advertencia siempre presente y la articulase en otras cartas o escritos, o aún que expandiese la visión de forma específica. Pero en el contexto de la Iglesia Adventista, la aplicación del término “tambores”  (drums) no va más allá de los tambores del movimiento de la Carne Santificada y no se aplica, por lo tanto, a la batería moderna  (también drums). Los tambores en la Carta 132 se refieren estrictamente al movimiento de la Carne Santificada.
La interpretacióntradicional de la declaración “la historia se repitirá”, termina porponer la “batería” como un elementofundamental de laescatología adventista, que es en sí misma una herejía.
Y la historia muestra que de hecho el culto en Indiana se ha hecho una dura advertencia para el Adventismo sobre los peligros de herejías carismáticas que llevan al éxtasis emocional y físico en la adoración. Afortunadamente, gracias al consejo inspirado, se puede afirmar seguramente que no hay en el entendimiento doctrinal Adventista del Séptimo Día el contexto histórico para que esas herejías y su correspondiente culto nazcan nuevamente. Hasta la fecha, más de 100 años después, los excesos del movimiento no han creado raíces en nuestro medio. Para la Iglesia Adventista del Séptimo Día, el movimiento de la Carne Santificada y sus elementos “tambores, gritos, música y danza” eran la causa y cumplimiento de la visión de Indiana.70
Sin embargo, poner en un contexto la visión y su aplicación se hace necesario para evitar extremos de interpretación, no significa que la advertencia contra el fanatismo está limitada a Indiana en 1900 o que estamos inmunes a él y su falso culto. Como ella dijo: “Acerca de los testimonios, nada es ignorado, nada es puesto a un lado...”. El pasaje contiene principios trascendentes para que se evite que la “historia vuelva a ocurrir”. La iglesia Adventista debe continuar en su vigilancia siguiendo el consejo de la “Palabra y los Testimonios” a fin de que la herejías carismáticas y el fanatismo no den “ningún estímulo … a esa clase de culto.71
Véase también que los “gritos con tambores, música y danza” de la Carne Santificada en 1900 no agotan las manifestaciones espirituales pueden ocurrir aún en la ausencia de música hipnotizadora o con percusión. Un ejemplo es la iglesia “Congregação Cristã no Brasil”, iglesia pentecostal en Brasil que utiliza la música tradicional y no permite la percusión, pero donde el éxtasis y “todo lo que es extraño” sigue ocurriendo al sonido de música sacra tradicional. EGW también advertió que el fanatismo volvería ocurrir de “diferentes maneras”72
No obstante el hecho que de que otros grupos pentecostales usen “tambores” no hace de estos los causadores del culto con “ruido y confusión” porque el hablar en lenguas, exorcismos, curaciones y otras manifestaciones extrañas son promovidas por su teología y no por su música. De ahí la preocupación principal de EGW en combatir el entendimiento doctrinal de la iglesia que podría dar lugar al culto falso. De esa forma es inadecuado considerar la música o un instrumento musical como los causadores de herejías teológicas y del culto falso como se ha interpretado. Nuevamente aquí vemos la importancia de proteger a la iglesia de la teología carismática que para EGW podría dar lugar al culto falso, ya sea con éxtasis y espiritualismo o de solemne formalidad. 73
Yo creo que un episodio en la historia de la iglesia aclara la visión de EGW sobre los reavivamientos y fanatismo en el culto adventista.
A comienzos de 1885, EGW oró por un reavivamiento en la comunidad adventista de Healdsburg, California, donde vivía. La respuesta vino a través de una serie de reuniones de reavivamiento dirigidas por el pastor E. P. Daniels en agosto mientras ella se encontraba en Europa. La iglesia respondió con gran interés espiritual y reconsagración por cinco semanas.
Sin embargo, debido a algunos elementos fanáticos y métodos cuestionables que se habían manifestado  (no hay evidencias de que hubieron manifestaciones de éxtasis o espiritualismo en la reuniones), los líderes de aquella Asociación decidieron interrumpir las reuniones, algo contrario a la voluntad de la comunidad adventista en aquel lugar. EGW escribió a aquellos líderes:

referente al reavivamiento en Healdsburg … no estoy de acuerdo con vuestro tratamiento de este asunto. Que hubo fanáticos allí y que han influenciado la obra, es innegable. Pero si en el futuro actuareis de la misma forma como habéis hecho en este caso, podréis estar seguros de una cosa, condenaréis la obra de la lluvia tardía cuando ella venga. Pues veréis en aquél tiempo mayores evidencias de fanatismo.
Hombres pueden pronunciarse en contra de ello porque no se adecúan con sus opiniones. El fanatismo vendrá como siempre viene cuando Dios opera. La red junta lo bueno y lo malo, pero ¿quién se atreverá a tirar todo solamente porque algunos no son pescados buenos?
Me temo que habéis ofendido al Espíritu de Dios. Los frutos fueron buenos en la obra de Healdsburg mas lo espurio ha entrado juntamente con lo genuino. Entonces era necesario hombres de discernimiento, de mentes calmadas y equilibradas para actuar en caso de peligro e indiscreción, a fin de tener una influencia para moldear a la obra. Podríais haberlo hecho.74

A los miembros de aquella iglesia ella dijo:

El Señor ha trabajado en vuestro medio más Satanás, que siempre está activo buscando oportunidades favorables, se ha entrometido para agregar fanatismo a la obra del Señor, para sembrar cizaña con la buena semilla.75
Apegaos a todo lo bueno. No tengáis espíritu de fariseísmo; no tengáis actitudes de superioridad o confianza propia.76

Aun hablando sobre otro reavivamiento en Battle Creek en 1893, ella dice:

Debemos ser muy cuidadosos para no contristar al Espíritu Santo de Dios declarando que la ministración de su Espíritu Santo es una especie de fanatismo.77

EGW deja claro que el reavivamiento verdadero traerá consigo elementos de fanatismo. Aquellos que tienen consideración por la verdad deben tener una actitud humilde para que se pueda discernir lo que es error o espiritualismo de simples divergencias en opiniones personales o metodología. En ese asunto ella concluye que “es delicado y peligroso... interferir con la obra de Dios.78
En la actualidad, pese al interés de algunos en condenar cualquier nueva dinámica en el culto Adventista como sospechosa y amenazadora, no hay evidencias de que los excesos del culto de Indiana se estén introduciendo en la Iglesia Adventista o que la “historia vuelva a ocurrir” simplemente por el uso de la batería, percusión, guitarra eléctrica, contrabajo, música adventista contemporánea o una alabanza más espontánea y vibrante.

El uso de la percusión en la Iglesia Adventista desde 1900
Que la Iglesia ha rechazado completamente la herejía teológica de la Carne Santificada y su culto espiritualista no deja ninguna duda. Pero ¿cuál fue la respuesta de la Iglesia en relación a los instrumentos musicales mencionados por EGW en su visión, especialmente los tambores? ¿Es cierto que la Iglesia Adventista depuso instrumentos de percusión después de la reunión de reavivamiento de Indiana en 1901 y solo recientemente es que ellos han resurgido en la forma de batería, en “desobediencia” al consejo divino?
Una búsqueda por referencias a la palabra “drums” en las publicaciones oficiales de la Iglesia desde 1901 en el Adventist Archivesresulta centenares de menciones a la percusión, tambores, címbalos, timbales e incluso batería, lo que demuestra que ellos continuaron siendo parte de la música sacra de las instituciones, escuelas y orquestas adventistas. Dejo aquí algunos ejemplos de la Unión del Lago, donde ha prosperado la Carne Santificada:
En el Emmanuel Missionary College, actual Andrews University, los alumnos ya tocaban tambores en 1915, en un culto de gratitud por la Ley Seca Americana.79 Orquestas rítmicas con címbalos, tambores, batería, triángulos y castañuelas también eran comunes en escuelas adventistas de Michigan en la década de 1920-30.80 Los tímpanos de orquesta que hemos visto previamente son usados por las orquestas de escuelas adventistas en la adoración desde el inicio de nuestra obra educacional.
La Review and Herald tenía una banda compuesta por funcionarios que era usada en campañas evangelísticas, cultos y conciertos de música sacra y nacionalista desde el comienzo del siglo.81 El infame bombo, idéntico al de la Carne Santificada, llevaba el nombre de Review and Herald Band  (foto). El bombo también ha sido parte de las fanfarrias de los Conquistadores desde su inicio en 1926, representando a la juventud adventista en paseatas y desfiles conmemorativos.
Los tambores también son mencionados en los cultos vibrantes de las misiones adventistas en África.82 En la Conferencia General de 1966, el informe de la División Transafricana fue introducido por el himno “Firmes y Adelante” al sonido de órgano y tambores tocados por el secretario de aquella division.83 Tambores han sido usados en las Conferencias Generales en los informes de las misiones africanas y otras regiones desde el principio.
Es importante notar el hecho que el pasaje de los tambores fue usado por primera vez fuera de su “tiempo y lugar” en la Review and Herald de diciembre de 1936 por su editor F. D. Nichols. Observe que él no aplica la visión a la Iglesia Adventista y sí a movimientos carismáticos de la época. Sin embargo, ese primer uso del pasaje fuera de su contexto en una revista adventista parece haber originado otros décadas más tarde, en 197084 y 197485 y, más recientemente, en el libro “Eventos de los últimos días” p. 13686 que se empezaron a aplicar a la Iglesia Adventista en un aparente intento de contener el uso de la percusión. Una vez más la tradición de interpretación de un cierto pasaje no significa necesariamente que sea el correcto.87
Estos pocos ejemplos del uso de la percusión en la música adventista desde 1901 muestran que la Iglesia no interpretó el mensaje a la Carne Santificada como una prohibición universal a ningún instrumento musical o a la percusión. Tampoco ha habido por parte de los líderes de la Iglesia en general el esfuerzo de prohibir la percusión, ya sea en el Manual de la Iglesia o en cualquier otro voto de la Asociación General desde 1900. En Brasil, las casas de grabación adventistas usan percusión y batería desde hace décadas sin que la Iglesia se haya transformado en un movimiento pentecostal o carismático. Por el contrario, el uso de la percusión en la música adventista no ha impedido que el Brasil siga siendo el país más adventista del mundo.

Banda de la publicadora Adventista Review and Herald de 1912-1913.
(Fuente: Adventist Archives)
Una invitación al equilibrio
Podemos concluir que nunca fue la intención de EGW que su mensaje para los hermanos de la Carne Santificada fuese usado para apoyar posiciones extremas, como la prohibición generalizada de instrumentos de percusión en la música adventista o el extremismo del culto formalista y “oprimido”. Ella nunca ha apoyado interpretaciones extremas en ningún asunto. Observe que el problema era común ya en su época:

Hay personas que siempre están listas para escaparse por alguna tangente, que se entusiasman por alguna cosa extraña, llamativa y nueva; pero Dios quiere que todos actuemos con serenidad y consideración... Debemos precavernos contra los extremos, y guardarnos de animar a aquellos que quisieran estar en el fuego o en el agua.88
Ahora lo que me preocupa es el peligro de que caigamos en otro extremo.89
Cuando os conviene, tratáis los testimonios como si creyerais en ellos, citando de ellos para robustecer alguna declaración que queréis que prevalezca.90
La reforma pro salud llega a ser una deformidad, que destruye la salud, cuando se la lleva a los extremos91

Un ejemplo, a pesar de no musical, pero que ilustra bien el riesgo de caerse en extremos de un determinado asunto es el caso de los huevos. En Testimonios para la Iglesia, t. 2, p. 357 ella dice: “No debierais colocar huevos sobre vuestras mesas”, y en “Consejos sobre el Régimen Alimenticio”, p. 240, ella dice: “Obtenga huevos de aves sanas. Consúmalos cocinados o crudos”. El problema es que cada referencia se aplica a un caso específico, a un “tiempo y lugar” y no deben ser tomados de forma aislada como prohibiciones o permisos universales.92
James White extiende el pensamiento diciendo:

Mientras que Satanás tienta a muchos a ir demasiado lento, él siempre tienta a otros a ir demasiado rápido. El trabajo de la Sra. White se toma muy duro, y a veces confuso, por causa de los extremistas, que piensan que la única posición segura es tomar el punto de vista extremo de cada expresión que ella ha escrito o hablado, aunque haya diferentes puntos de vista sobre ese tema. "Estas personas a menudo se aferran a su modo de interpretar una declaración, y lo empujan a toda costa sin prestar ninguna atención a lo que ella ha dicho sobre el peligro de irse a los extremos. Sugerimos que estas personas dejen de aferrarse a algunas de sus declaraciones más fuertes que fueron hechas para mover a los más tardíos, y que por un tiempo coloquen toda su atención en las muchas amonestaciones que ella ha dado para beneficio de los extremistas.93

Y George Knight concluye que:

Parte de nuestra tarea al leer a Elena de White es evitar las interpretaciones extremas y entender su mensaje en su equilibrio correcto. Esto a su vez significa que necesitamos leer el consejo dado sobre un tema desde ambos extremos del espectro.
...es importante leer el espectro completo de lo que Elena de White escribió sobre un tema antes de llegar a conclusiones. Esto significa tomar en consideración lo que parecen ser declaraciones conflictivas que no solamente se equilibran entre sí sino que a veces parecen contradecirse.94

Lamentablemente algunas citas del Espíritu de Profecía han pasado tantas veces por “el molino” de una cierta interpretación que ella se hace establecida o tradicional, como es el caso de la percusión en la música, en cuyas aplicaciones extremas, basadas en las implicaciones más superficiales de lo que EGW ha escrito, se han hecho la única alternativa y causado “perplejidad” en la Iglesia.
Sobre el reavivamiento en el culto adventista que ocurre esporádicamente en el día de hoy, es importante considerar algunas preguntas:
1.     ¿Qué principios extraemos de la respuesta de EGW en cuanto a la experiencia de Healdsburg sobre la dinámica y frutos de reavivamientos espirituales que usan métodos y abordajes con los cuales no estamos acostumbrados?
2.     ¿Es justificable comparar el caos total, gritos estridentes, personas cantando mientras otras oran en voz alta, música ruidosa e hipnotizadora que llevaban a las personas a desmayar y otras manifestaciones de la Carne Santificada con el culto adventista que usa música con batería?
3.     ¿Sería coherente llamar la música que usa instrumentos con los cuales no estamos acostumbrados o que solamente tiene el volumen más alto que lo habitual, estilo de música diferente o una alabanza más vibrante y espontánea, de “desorden y bullicio, confusión y ruido”?
4.     Considerándose la importancia de la influencia teológica sobre la visión del culto, ¿es posible detectar alguna herejía carismática infiltrándose en la Iglesia Adventista en su totalidad el día de hoy y que eso la esté llevando al desarrollo de ese estilo de culto, haciendo que la historia ocurra nuevamente?

Conclusiones
En conclusión, es fundamental reiterar que los “tambores” en la visión se referían estrictamente al bombo y tamborines de la Carne Santificada y no a la batería moderna, como fue largamente demostrado antes. Sin embargo, cuando se considera que la batería usa “tambores”, podemos considerar lo seguiente. Segundo los princípios de la música sacra definidos por EGW, la batería sería  un problema (y cualquier instrumento musical) si ésta se hiciera un fin en si misma en la música y el culto, causando “ruido y confusión”, auxiliando en un culto y música caóticos que “aturden los sentidos” y una “trampa” en las manos de Satanás para promover herejías carismáticas y todo lo que es “extraño” en la adoración. O la batería o percusión en general no serían problema si estos fueren usados en obediencia a la invitación de los Salmos 149 y 150 para que los instrumentos sean tocados de forma hábil, como parte de un contexto musical equilibrado, donde los instrumentos, cantantes y congregación participan en “espíritu y verdad”, “con entendimiento”, facilitando así una alabanza contrita y al mismo tiempo exultante y “enérgica” a Dios.95
Por lo tanto, es seguro concluir que EGW no ha promovido la prohibición indiscriminada de la percusión o de ningún otro instrumento musical cuando eran usados hábilmente por músicos impregnados del espíritu del culto. Ella sí ha condenado el mal uso de esos instrumentos en el culto caótico, ruidoso e hipnotizador que acompañaba las herejías carismáticas y excesos del movimiento de la Carne Santificada.
Implicaciones secundarias de este estudio hacen referencia a la ausencia de preferencia a estilos o principios de composición musical en los escritos de EGW, excepto cuando se trataba de calidades deseables de la música en la adoración que pueden ser compartidas tanto por la música sacra clásica  (o erudita) cuanto por la música cristiana contemporánea y sus respectivos instrumentos.96
También se concluye que en lo que se refiere a la los aspectos escatológicos del mensaje a la Carne Santificada, el uso del pasaje fuera de su “tiempo y lugar” ha llevado a interpretaciones extremas como la prohibición de la percusión en la música y culto adventistas, algo que EGW nunca tuvo intención.
Historiadores de la Iglesia Adventista sugieren que la música y el culto adventistas se han hecho “constreñidos” o “cuidadosamente planificados97 por motivo de la Carne Santificada y terminan cayéndose en el otro extremo, la formalidad, que EGW ha condenado vehementemente.98
El profesor adventista Arthur Patrick concluye que:

...la evidencia apunta a la necesidad de una interpretación más cuidados del asunto  (batería en la música) que simplemente prohibir la misma que se ha visto en los reavivamientos adventistas – que no es más que lógica que la prohibición de órganos en la historia cristiana primitiva … Instrumentos musicales son destituidos de moralidad; sin embargo el usos que les damos pueden tener influencias morales …
El uso de la batería para EGW tiene los mismos problemas del uso de la música. Se debe concordar que el problema no es la música en sí, y sí la música inapropiada. Los adventistas necesitan leer el Salmo 150, así como las advertencias en cuanto estilos de música ya que son escasas en los escritos de EGW.99

Sin lugar a dudas, el deseo de seguir el consejo inspirado es digno de alabanza. Sin embargo, el celo desmedido de la interpretación que toma en cuenta el “tiempo y el lugar”, la verdadera intención y el centro del mensaje del Espíritu de Profecía, da poco valor a sus visiones creando interpretaciones extremas sobre un determinado asunto. Y los que buscan un equilibrio en el asunto de la música objetivando así un culto menos formalista y más vibrante por la inclusión del “cántico nuevo” y nuevos instrumentos, son rechazados por los “tambores” de Indiana.
Jan Paulsen, ex-presidente de la Asociación General de los Adventistas en su página de diálogo con los jóvenes adventistas “Let’s Talk”  (Hablemos) dice sobre la percusión:

Nosotros podemos decir sobre cualquier instrumento que no depende del tipo del instrumento sino de cómo es usado. En algunas iglesias del África Occidental, por ejemplo, un tambor de mano tradicional puede ser el único acompañamiento que tienen los cantores para alabar a Dios. En Indonesia, un instrumento tradicional de percusión hecho de bambú – el Angklung – puede ser el instrumento usado para la adoración100

Y sobre los estilos de música que usan percusión él dice:

Aquellos que entre nosotros están acostumbrados a la música muy clásica debemos reconocer que hay un gran número de nuestros miembros, especialmente los de generaciones más jóvenes que, de forma bastante significativa y consagrada, son capaces de expresar su alabanza y testimonio a través de la música que es más moderna. En Melbourne la semana pasada, la música que oí fue en gran parte muy bonita, pero tenía un toque bien moderno.101

El Dr. David Newman, pastor de la iglesia adventista New Hope describe lo que ocurre en los cultos de sábado:

En la iglesia en que soy pastor, cantantes y una banda instrumental con batería lideran una alabanza vibrante todo el sábado, cantando lo que mejor hay en la música cristiana contemporánea. No hay “desorden y ruido”, todo es hecho con decencia y orden. Los miembros son bendecidos y Dios es exaltado.102

No es plan de Dios que Su iglesia oscile entre los extremos del culto formalista, que EGW condenó como siendo un “mal104 y la emotividad enloquecida de las manifestaciones carismáticas; tampoco es su plan verla dividida, entre tradicionales y progresistas, jóvenes y ancianos, veteranos en la fe y principiantes, aquellos que creen que su predilección musical es aceptable y la otra sospechosa y amenazadora, aquel instrumento aceptable y éste, profano. Esa énfasis en diferencias de opiniones nos hace distanciar cada vez más de la “unidad en la diversidad104, sentimiento indispensable de la que iglesia que adora  (Salmo 133:1).           
  
Autor: André Reis, Formado en teología, trabajó por tres años como asistente de investigación en el Centro White y colaborador en el Centro da Memória Adventista. Cursó una maestría en Divinidades y una maestría en Música en la Longy School of Music en Boston, EE.UU. Actualmente está realizando un doctorado en Nuevo Testamento. Vive en Florida, EE.UU. junto a su esposa Francini y sus tres hijas: Pamela, Chloe y McKayla.

Traductor: Héctor Gonzalez, nacido en Brasil, médico especialista en cardiología, músico y compositor. Actualmente vive en España donde ejerce como médico.
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Referencias

1 El llamado Movimiento de la Santidad (Holiness Movement) que apareció entre los Evangélicos en los Estados Unidos alrededor de 1840 hizo incursiones en el Adventismo desde sus inicios. Uno de sus instrumentos de propagación eran los cultos del Ejército de Salvación. La Carne Santificada era solamente otra de esas varias tendencias perfeccionistas y carismáticas del Adventismo. Véase White Estate:Theological Crises en el sitio  http://www.whiteestate.org
2 Mensajes Selectos 2, p. 35
3 Arthur L.White, The Early Elmshaven Years (Review and Herald Pub. Assn. 1981), t. 5, p. 102.
Aquí se incluían la controversia de Kellogg y otras cuestiones administrativas de la iglesia.
Tales manifestaciones no eran nuevas y su resurgimiento presentaban un peligro de que el Adventismo se hiciese un movimiento carismático. Aún en la época del gran chasco de 1844, EGW también presenció un culto extraño y caótico donde instrumentos también eran mal usados. Véase Mensajes Selectos t 2, p. 38, en el original en inglés: “One could not tell what was piped or what was harped” (I Cor. 14:7), una posible alusión a instrumentos que fue traducida en la versión en castellano como: “No era posible captar claramente lo que estaba ocurriendo”.
6Mensajes Selectos 2, p. 41. Se recomienda la lectura de las páginas 34-45 para mejor entendimiento de ese asunto.
7 Ibid., t. 1, p. 65.
8 George Knight, Cómo leer a Elena de White (Asociación Publicadora Interamericana) 2004.
9 Pensar que Elena de White, con 73 años de edad viajó por semanas en navío, tren y carroza solamente para combatir la percusión en la música adventista es menospreciar su ministerio.
10 Arthur L. White, The Early Elmshaven Years (Review and Herald Pub. Assn. 1981), t. 5, p. 100.
11 Manuscript Releases, t. 21, p. 238. En inglés “shouting” describe clamores de alabanza a Dios, como un “Aleluya!” o un “Gloria a Dios!” El uso del término viene del Salmo 98:4: “Shout to the Lord!” Esa práctica adventista primitiva fue discutida en el artículo “Glory! Glory! Glory! When Adventists shouted for joy" por Ron Graybill, Adventist Review 164:40 (1 de Octubre de 1987), p. 12–13.
12 El Evangelismo, p. 114.
13 Patriarcas y Profetas, p. 697. Címbalos eran instrumentos de percusión usados en el Templo y en la adoración israelita y que fueron incluidos en la batería con el nombre de “platillos”.
14 El Hogar Cristiano, p. 370.
15 Patriarcas y Profetas, p. 697.
16 Arthur L. White, The Early Elmshaven Years (Review and Herald Pub. Assn. 1981), t. 5, p. 104.
17 Mensajes Selectos, t. 2, p. 41.
18 Ibid., p. 42,43.
19 El Evangelismo, p. 114;
20 Review and Herald, 20/01/1853, p. 140.
21 Quizás el sonido más próximo a este “trueno” sea el furor de miles de voces en un estadio cuando se marca un punto: el sonido es ensordecedor, envolvente, irresistible. La vuelta de Jesús también será acompañada por el fortísimo clamor de un arcángel (1Tess. 4:1).
22 Aún usando la analogía del estadio deportivo, ¿por qué nosotros adventistas no tenemos ningún problema cuando gritamos “Gol!” a todo pulmón cuando nuestro equipo hace uno, pero nos escandalizamos con un “¡Aleluya!” o un “Gloria a Dios!” en la Iglesia? Se hace necesario un estudio más profundo sobre “gritar en adoración” a la luz de la Biblia y de la historia de la Iglesia Adventista.
23 The Voice in Speech and Song, p. 424. Ella no reprocha todos los movimientos de forma indiscriminada tales como las gesticulaciones suaves que resaltan las palabras y sí los movimientos bruscos y extraños de los músicos y pastores. Pablo recomienda levantar las manos en las reuniones Cristianas (1 Timoteo 2:8) y David cantaba el Salmo 28 levantando las manos a Dios (Salmo 28:2).
24 Sitio oficial del Ellen White Estate: http://www.whiteestate.org/.
25 The Youth’s Instructor, 22 de diciembre de 1886.
26 The Review and Herald, 1 de Junio de 1897; 22 de Junio de 1882; Patriarcas y Profetas, p. 662, 763. Véase 2 Samuel 6; 1 Samuel 10:10; Éxodo 15:20.
27 Arthur Patrick, Early Adventist WorshipEllen White and the Holy Spirit:
 Preliminary Historical Perspectives (http://www.sdanet.org/atissue/discern/flesh.htm)
28 Historical Dictionary of Seventh-day Adventists, p. 205.
29 Historical Sketches of the Foreign Missions, p. 195.
30 El Evangelismo, p. 370.
31 Testimonios, t. 6, p. 69.
32 El Evangelismo, p. 114, 367.
33 Intentar descalificar la batería porque es usada en la música rock ignora el hecho que el piano y el órgano son instrumentos centrales en la música rock, jazz y country. Sin embargo, no parece haber la misma preocupación en retirarse esos instrumentos de la música adventista.
34 Isaías 5:11-12: “¡Ay de los que se levantan de mañana para seguir la embriaguez; que se están hasta la noche, hasta que el vino los enciende! Y en sus banquetes hay arpas, vihuelas, tamboriles, flautas y vino, y no miran la obra de Jehová, ni consideran la obra de sus manos.” Las harpas que eran usadas en el Templo también estaban en las fiestas seculares que incluían también la prostitución. Por lo tanto, tales instrumentos no son necesariamente “sacros” o malos por naturaleza.
35 Ed Christian, Make a Joyful Noise: A Sensible Look at Christian Music (Review and Herald, 2002), p. 75-76. Si vamos a trazar un paralelo entre la Iglesia y el Templo, necesitamos ser coherentes. La Iglesia necesita tener solamente a hombres oficiando, ella necesita ser dividida en dos compartimiento, la congregación no entra en ella y necesita haber sacrificio de animales. No puedo elegir lo que es modelo por conveniencia. Por esa razón, el Templo en sus rituales solamente es paralelo con el Santuario en el cielo (Heb. 9) y no de la Iglesia, porque los dos tienen funciones diferentes. Lo que ocurre en la Iglesia es más cercano a lo que ocurría en las reuniones de la Iglesia primitiva, donde la palabra era predicada y había himnos y canciones espirituales, manos levantadas por toda la congregación y convivencia social. (Col. 3:16; Efe. 5:19, 20). Si insistimos en el paralelo, entonces deberíamos usar solamente los instrumentos listados en 1 Crónicas y la música debe ser más próxima del estilo judío, ¡preferiblemente en hebreo!
36 Mensajes Selectos, t. 2, p. 41.
37 Génesis 31:27; 1 Samuel 10:5-6; Job 17:6, 21:11-14; Salmo 81:2; Isaías 24:8; Jeremías 31:4; Ezequiel 28:13. (Ciertas traducciones de la Biblia mencionan el tamboril como haciendo parte del carácter musical de Lucifer en su estado no caído en Ezequiel 28:13). Parte del argumento de la prohibición de la percusión es el intento de crear una diferencia entre la adoración que ocurría en las fiestas y la adoración en el Templo. Esa dicotomía artificial ignora el hecho de que Dios aceptaba tanto la adoración en el Templo como las fiestas donde se celebraban los hechos divinos con tambores, panderos, címbalos y danza.
38 “He visto que había gran necesidad de más energía en la reuniones de los que guardan los mandamientos.” Manuscript 3, 1853 (Manuscript Releases t. 5, p. 424). En 1845, Elena de White asistió a un culto donde la adoración fue tan vibrante y el volumen tan alto que llamaron a la policía para detener al líder del grupo, Israel Damman. Sin embargo, ella que estaba presente dijo que el poder de Dios estaba allá (Spiritual Gifts, t. 2, p. 40). James White estaba cantando y golpeando el ritmo de los himnos en su Biblia. (William A Spicer, Pioneer Days of the Adventist Movement, p. 147). Véase también El Evangelismo, p. 370, Patriarcas y Profetas, p. 767.
39 Bacchiocchi en su libro “La Música Rock y el Cristiano” rechaza el uso de instrumentos de percusión de los Salmos 149-150 porque los considera como no literales. Tal interpretación no es aceptada por los comentaristas del libro de Salmos, ni aún por Elena de White. Si los tamboriles y la danza no son literales, entonces todos los demás necesitan igualmente ser figurados, y estaríamos sin música en la adoración.
40 Condenar algo que la Biblia aprueba, es decir, percusión en la alabanza, es caer en uno de los “ayes” de Isaías: “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!” (Isa. 5:20).
41 Testimonios, t. 9, p. 116.
42 Ibid., t. 6, p. 120.
43 Mensajes Selectos, t. 2, p. 42, 43.
44 The Seventh-day Adventist Hymn and Tune Book for Use in Divine Worship (Review and Herald, 1893).
45 Garden of Spices: A Choice Collection for Revival Meetings, Missionary Meetings, Rescue Work, Church and Sunday Schools(Indianapolis: Grace Pub Co. 1900).
46 Véase que ese método era común en la Iglesia Adventista desde sus principios. Uriah Smith y otros pioneros adaptaron varias canciones populares con letra sacra para el himnario adventista de la época. James Nix explora bien esa cuestión en Early Advent Singing (Review and Herald, 1994) p. 119. Dos ejemplos son la melodía de Stephen Foster de 1851 “Way Down Upon the Suwanee River” que se ha hecho el himno “Saudade” (340 del Himnario Adventista en portugués) y la canción romántica “Bonny Eloise”, “¡Oh! Cuán gratas las nuevas” (161 del Himnario Adventista). En el Himnario hay dos ejemplos más: “Cabeza Sacrosanta” (himno 101) que viene de “Mein G’muth ist mir verwirret”, canción romántica del siglo XVIII usada por Bach con letra sacra; y “No sé por qué” (himno 117), melodía popular irlandesa “Londonderry Air” o “O Danny Boy”. Claramente eso no es licencia para que se use cualquier estilo de melodía popular con letra sacra, pues eso sería caer en un extremo de interpretación que EGW evitaba a toda costa.
47 Otros argumentos mencionan la respuesta de plantas a la música rock, la percusión siendo usada en rituales satánicos o la influencia del ritmo alterando los latidos cardiacos, entre otros. Pero plantas no son personas y los latidos cardiacos se alteran frecuentemente durante el día cuando nos levantamos, sentamos, corremos, dormimos y hasta cuando escuchamos música clásica. Condenar la percusión porque es usada en rituales satánicos, chamánicos, etc., es equivalente a condenar el uso de la televisión para evangelizar porque ella es usada en el ambiente secular para promover la violencia y la pornografía. Después de todo, nadie usa la percusión en la iglesia para promover posesiones demoníacas o rituales satánicos. También es problemático el rechazo del estilo de vida de los roqueros y músicos seculares para dar un carácter demoniaco a la batería y la percusión. El hecho es que, con pocas excepciones, los compositores de la música erudita de los siglos XVII al XX, que es considerada como única aceptable en la adoración actual por muchas personas, tuvieron una vida desordenada, espiritualista y también promiscua. Da la impresión de una gran necesidad de replantear las implicaciones de los argumentos usados en contra la percusión.
48 Elena de White relata haber oído “la mas hermosa música instrumental” en una plaza pública en Suiza (Manuscrito 33, 1886) pero no tenemos detalles específicos de que tipo de música era. Por haber sido una reunión social pública, la música posiblemente habrá sido algún vals vienense popular en el periodo o otra música conmemorativa de Mozart o Haydn. Seguramente no era música sacra, era música secular. En otra ocasión ella menciona haber oído linda música vocal (Carta 8, 1876). Nótese que en esos relatos ella no busca trazar ningún paralelo entre la música secular erudita con la música sacra, a pesar de que sería una excelente oportunidad para que ella delinease similitudes deseables de ambas.
49 El Evangelismo, p. 368-71, 373; La Educación, p. 37; Manuscript Releases vol. 5, p. 424.
50 El Evangelismo, p. 371, 373. Ella prefería no incluir a músicos profesionales que aparentemente ofrecerían música de “alta calidad” en el culto pero que no estuvieran impregnados del espíritu de la adoración. Esa regla no es inflexible, pues ella también dispuso de músicos no-adventistas.
51 Mensajes Selectos, t. 1, p. 65.
52 Ibid., p. 42-43.
53 Arthur L. White, The Early Elmshaven Years (Review and Herald Pub.Assn. 1981), vol. 5, p. 104.
54 Testimonies, vol. 1, p. 232. El fanatismo en Wisconsin tenía elementos semejantes a los de la Carne Santificada donde había desorden y confusión.
55 Mensajes Selectos, t. 2, p. 40.
56 Véase Gregory K. Beale, John’s Use of the OT in Revelation (Sheffield Academic Press, 1998), 129-165 para una discusión sobre la iminência del fin en el Nuevo Testamento.
57 En mayo de 1856, Elena de White profetizó que algunos de su audiencia serían “comido de gusanos”, otros pasarían por las siete plagas y otros aún serían trasladados en la segunda venida de Jesús. Claramente, eso era una profecía condicional. Véase Testimonios para la Iglesia, t.1, p. 125 - 126.
58 Mensajes Selectos, vol. 2, p. 40.
59 Ibid., p. 42, 43.
60 Manuscript Releases, p. 34.
61 El Cristo Triunfante, p. 315.
62 The Paulson Collection, p. 11.
63 Pamphlet 151.
64 Letters to Sanitarium Workers in Southern California (1905), p. 22.
65 Eventos de los Últimos Días, p. 148.
66 Manuscript Releases, vol. 1, p. 47.
67Review and Herald, 5 de Diciembre de 1907.
68 Eventos de los Últimos Días, p. 64
69 Véase El Evangelismo, p. 431, 435.
70 Algunos movimientos carismáticos ocurrieron dentro de la IASD pero fueron rechazados. Uno de ellos ocurrió en Brasil en 1932 con la fundación de la Iglesia Adventista de la Promesa por João da Silveira. (http://www.portaliap.com.br). Otros grupos semejantes aparecieron en Asia y Oceanía.
71 Mensajes Selectos, vol. 2, p. 42.
72 Un punto importante en el entendimiento de Elena de White sobre la adoración es que la simple ausencia de “desorden y ruido” o éxtasis no implica necesariamente un culto verdadero. El culto de la Iglesia Católica Apostólica Romana, que por 1260 en la Edad Media echó por tierra las verdades bíblicas, usaba solamente lo mejor de la música de su época, el Canto Gregoriano y no presentaba ninguno de esos elementos de la Carne Santificada, mucho menos la percusión. Sin embargo, sobre la música del culto católico ella dice: “Su música no tiene igual. Los graves acordes del órgano poderoso, unidos a la melodía de numerosas voces que resuenan y repercuten por entre las elevadas naves y columnas de sus grandes catedrales, no pueden dejar de producir en los espíritus impresiones de respeto y reverencia. Este esplendor, esta pompa y estas ceremonias exteriores, que no sirven más que para dejar burlados los anhelos de las almas enfermas de pecado, son clara evidencia de la corrupción interior … La brillantez del estilo no es necesariamente indicio de pensamientos puros y elevados. Encuéntranse a menudo conceptos del arte y refinamientos del gusto en espíritus carnales y sensuales. Satanás suele valerse a menudo de ellos para hacer olvidar a los hombres las necesidades del alma, para hacerles perder de vista la vida futura e inmortal, para alejarlos de su Salvador infinito e inducirlos a vivir para este mundo solamente.” El Gran Conflicto, p. 554.
73 Mensajes Selectos, t. 1, p. 44.
74 Carta 76, 1886.
75 Carta 21, 1886.
76 Carta 9, 1886.
77 Mensajes Selectos t.1, p. 151
78 MR21, p.147.6
79 Lake Union Herald, 1915, 14 de Abril 1915, p. 8.
80 Ibid, 1931, t. 23, n. 43, p. 2.
81 Columbia Union Visitor, 29 de noviembre de 1934, p. 6.
82 Lake Union Herald, 22 de septiembre de 1953, p. 1.
83 Review and Herald, 21 de Junio de 1966, p. 3-4.
84 Review and Herald, Julio de 1970, p. 21.
85 Ministry, julio de 1974, p. 21.
86 A pesar de que existe una nota del White Estate contextualizando el pasaje en la p. 136 del libro Eventos de los Últimos Días sobre la Carne Santificada, la mención de los "tambores" continúa siendo usada de manera universal para la iglesia.
8­7 Knight explora a varias de esas descontextualizaciones de EGW que llevan a interpretaciones extremas. George Knight, Cómo leer a Elena de White (Asociación Publicadora Interamericana). 2004
88 Testimonios para los Ministros, p. 227.
89 Fundamentals of Christian Education, p. 377.
90 Mensajes Selectos, t. 1, p. 48.
91 Consejos Sobre el Régimen Alimenticio, p. 238.
92 Véase Mensajes Selectos, t. 1, p. 207.
93 Review and Herald, marzo de 1868, citado en George Knight, Cómo leer a Elena de White, p. 78.
94 George Knight, Cómo leer a Elena de White, p. 80, 81.
95 El uso de la batería requiere el mismo criterio aplicado al piano, por ejemplo cuando hace parte de una orquesta o banda en lo que hace referencia a la ecualización, naturaleza de la música que se está tocando, si es suave o alegre, clímax y relajación de la música, entre otros aspectos que deben ser explorados por el ministro de música en conjunto con su equipo.
96 Después de todo, la música que muchos consideran como la única aceptable en la adoración hoy, ¡un día también fue contemporánea!
97 Keith Lockhart and Malcom Bull, Seeking a Sanctuary: Seventh-day Adventism and the American Dream (2nd ed.) (Bloomington, Indiana: Indiana University Press, 2006), p. 221.
98 Respecto al “mal del culto formalista”, véase El Evangelismo, p. 370; Patriarcas y Profetas, p. 767; Review and Herald, 1 de Junio, 1886; EGW Manuscript 3, 1853; Testimonios para la Iglesia, t. 9, p. 115-116.
99 Arthur Patrick, “Later Adventist Worship, Ellen White and the Holy Spirit:
Further Historical Perspectives”. Publicado en la revista At Issueonline http://www.sdanet.org/atissue/discern/flesh.htm
102 J. David Newman, “Is Ellen White Opposed to Contemporary Music?”, p. 5. (http://www.lookingforachurch.org/). El papel de las emociones en el culto Adventista debe ser nuevamente explorado en la visión de EGW para que el rechazo de ellas no lleve al culto formal y sin vida que ella llamó de “un mal”, o que una énfasis en su superioridad cree el terreno donde las tendencias carismáticas echan raíces.
103 Véase Testimonios para la Iglesia, v. 9, p. 115-116; The Voice in Speech and Song, p. 292.
104 1ª Corintios 12:6. Véase Mensajes Selectos, t. 1, p. 24-25.

FUENTE: HimnovaSion
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