miércoles, 29 de octubre de 2014

Urias Smith, EDITOR PERMANENTE DE LA REVIEW


Urias Smith
EDITOR PERMANENTE DE LA REVIEW
Nació el 2 de mayo de 1832 - Murió el 6 de marzo de 1903

Pocos Adventistas del Séptimo Día han conocido sus Biblias mejor que Urías Smith. Fue un hombre tranquilo, reservado, que impresionaba a la gente por su erudición y apariencia. Hombre de semblante noble, imponía respeto.
En diciembre de 1852, aceptó la luz del mensaje enseñado por los adventistas guardadores del sábado. El siguiente año se asoció con los intereses de publicaciones de la "Manada Pequeña" de creyentes en Rochester. Por cerca de medio siglo fue el editor o parte del personal editorial de la revista de la iglesia, Review & Herald. Urias Smith fue el primer secretario de la Asociación General, aceptando este cargo cuando la Asociación General fue organizada en la primavera del año de 1863.
Es mejor conocido por su libro, The Prophecies of Daniel and the Revelation, (Las Profecías de Daniel y Revelación) que ha tenido una circulación de muchos miles de copias. Fue el primer maestro de Biblia del colegio de Battle Creek.
Urías Smith nació en una casa de buen aspecto en el pueblecito de West Wilton, New Hampshire. Fue de carácter tan sólido como cualquiera de los hombres de Nueva Inglaterra, verdaderamente el estado de "Firme como el granito". El lugar de nacimiento de Urías y su hermana Annie aún permanece en pie en este pueblecito de Nueva Inglaterra. Ahora se le llama la Casa del Aguilar y los turistas interesados pueden visitarla.
Poco tiempo antes de su muerte, el edificio principal de la Review & Herald se quemó. Fue una tragedia grave. El corazón y alma de Urías Smith estaba ligado a esa institución. Su vida entera había estado dedicada a su desarrollo.
Todavía viven algunas personas que recuerdan al Pastor Smith, caminando por las calles de Battle Creek con su bastón, cojeando con su pierna artificial, como resultado de haber sufrido una amputación cuando era aún un adolescente. Su genio inventivo le hizo crear una pierna artificial, la que usó la mayor parte de su vida. Era versátil e inteligente, como lo fueron la mayoría de los pioneros. Los primeros obreros eran personas de gran capacidad. Dios escogió lo mejor que pudo encontrar para hacer la obra más importante encomendada a los hombres en estos últimos días.
Ver: Footprints of the Pioneers, págs. 123, 129; Pioneer Stories Retold, págs. 178-181.
Una Historia Acerca de Urias Smith
Cuando Urías tenía sólo catorce años de edad, una infección local contraída por una enfermedad, requirió la amputación de su pierna izquierda por encima de la rodilla. Su lucha valerosa contra el dolor y el impacto, formó en su estructura de arcilla las vigas de hierro que lo hicieron el hombre fuerte que fue.
Pensemos en lo que significaba perder una pierna en esos días. No había cirujanos de vestidura blanca, ni enfermeras para ministrar a los pacientes, ni anestesia misericordiosa, ni cuidado hospitalario competente. Un notable cirujano, cerca de Keene, Dr. Amos Twitchell, le amputó la pierna y la vendó en veinte minutos. Su madre le sostenía las manos. Luego ella y su cariñosa hermana, lo cuidaron.
Esta lesión en sus años jóvenes trajo en su vida futura limitaciones al pastor Smith. No estaba en condiciones de salir y trasladarse como los otros ministros. El sencillamente no podía. Entonces ¿qué hizo? ¿Dedicarse al desánimo? No. Esa lesión fue una bendición para él, porque desarrolló su genio inventivo. Por un tiempo usó la tosca pierna artificial que le habían provisto, con un pie macizo, pero que no le gustó. Se puso a trabajar e inventó un pie flexible, consiguió patentarlo y con el dinero que recibió de la venta compró su primera casa en Battle Creek.
W. A. Spicer nos da sus impresiones de Urías Smith: "Cuando era muchacho siempre pasé por el cuarto editorial del Pastor Smith en la vieja oficina de la Review and Herald, en Battle Creek, con cierta reverencia, porque había este letrero en la puerta, en tinta color púrpura oscuro y con grandes letras:
"Cuarto Editorial.
¿Ocupados? Si, siempre.
Si usted tiene negocios,
atiéndalos, y déjenos atender los nuestros".
Pioneer Days of the Advent Movement, págs. 245, 246.

Sí, Smith era un hombre que estaba en la marcha. Estaba ocupado con los negocios del Señor y quería que los demás se ocuparan de los suyos, pero era un hombre lleno de gracia y compasivo. Si no lo creen así lean los jóvenes el último capítulo de su libro, The Prophecies of Daniel and the Revelation. Les conmoverá. Está tan lleno de añoranzas por la tierra nueva, nuestro eterno hogar.

Fuente: PM MINISTRIES

jueves, 28 de agosto de 2014

Hiram Edson, DEFENSOR DE LA VERDAD DEL SANTUARIO


Hiram Edson
DEFENSOR DE LA VERDAD DEL SANTUARIO
Nació en diciembre de 1802 - Murió en enero de 1882

Hiram Edson fue el instrumento que Dios usó para revelar el significado de la purificación del santuario a los primeros adventistas guardadores del sábado. Con Bates y White, fue uno de los estudiantes de pensamiento profundo que desarrolló la fe Adventista del Séptimo Día, un sacrificado siervo de Dios, un ardiente evangelista, y fiel en su devoción a Cristo durante toda su larga vida. Antes había sido metodista.
En la década de 1840 vivió en una granja cerca de Port Gibson, New York, un pueblecito en el Canal Erie, casi a mitad de camino entre Albany y Buffalo. Un pequeño grupo de creyentes adventistas, mayormente agricultores vivían en esa zona, y veían a Edson como su líder. Su granja estaba como a una milla al sur del pueblo. En ese lugar los adventistas se reunieron el 22 de octubre de 1844 para esperar la venida del Rey. Pero Cristo no vino como ellos esperaban.
Al día siguiente, en contestación a sus oraciones por luz, Dios mostró a Edson, como en una visión, una escena maravillosa; Cristo, nuestro Sumo Sacerdote, entrando en el lugar Santísimo del Santuario Celestial para comenzar una obra especial de juicio previo a Su regreso. Edson compartió esa luz con sus amigos Owen Crosier y el Dr. F. B. Hahn de la vecina Cananadaigua. Ellos decidieron estudiar el Santuario y su purificación desde el punto de vista bíblico. Los resultados de su investigación aparecieron en el pequeño periódico adventista que ellos publicaban en cananadaigua, El Amanecer. Más tarde también en la Estrella del Día, Cincinnati. Desde ese momento llegó luz a los chasqueados adventistas y el "por qué" de su dolor y chasco comenzó a alborear sobre ellos.
Fue Edson quien adelantó fondos para comprar la primera imprenta Adventista del Séptimo Día. En 1848 en el hogar de Edson en Port Gibson, el tercer Congreso sobre el sábado fue celebrado. Edson vendió su granja, se puso a predicar y llegó a ser evangelista de éxito. En años posteriores trabajó cerca de Roosevelt, New York. Por años fue el líder de nuestra obra en ese lugar. Está seputado en el cementerio de Roosevelt.
Vea: Footprints of the PioneersS, págs. 73-82; Captains of the Host, págs. 91-105; Pioneers Stories Retold, págs. 25-31.
Una Historia Acerca de Hiram Edson
Esta es una historia acerca del amanecer de una nueva luz.
Temprano, en la mañana siguiente al chasco del 22 de octubre, después de que la mayoría de los creyentes habían regresado a sus hogares, Edson le dijo a unos pocos amigos que habían quedado en su casa: "Vayamos al granero a orar".
Entraron al viejo y vacío granero, cerraron la puerta y se unieron en fervorosa oración pidiendo que la luz esclareciera sus mentes. La respuesta llegó. No fue mientras estaban en el viejo granero de maíz, aunque tuvieron el testimonio del Espíritu de que sus oraciones habían sido escuchadas, sino después, probablemente menos de una hora más tarde, mientras Edson y uno de esos hombres cruzaban el maizal para visitar a un vecino. Dejemos que Artur W. Spalding nos cuente lo que ocurrió entonces:

"A mitad del campo Hiram Edson fue detenido como por una mano sobre su hombro. Miró hacia el cielo gris y le pareció que se abría ante él una vista del tercer cielo. En una visión como la del Santuario Mosaico vio a Cristo como el Gran Sumo Sacerdote entrando del lugar Santo del Santuario al lugar Santísimo. "Y ví inconfundible y claramente 'escribe Edson', que en vez de salir nuestro Sumo Sacerdote del lugar Santísimo del Santuario Celestial para venir a esta tierra el décimo día del séptimo mes, al final de los 2300 días, El entró en ese día por primera vez en el segundo departamento del Santuario y que tenía una obra que realizar en el lugar Santísimo antes de venir a esta tierra.
Su compañero, no habiendo notado la demora, ya había llegado al otro lado del campo. Junto al cerco se dio vuelta y viendo a Edson tan atrás lo llamó: 'Hermano Edson. ¿Por qué se ha detenido?' Edson contestó: "El Señor estuvo contestando nuestra oración de la mañana". Entonces, volviendo a unirse con su amigo le contó de la 'visión'. Siguieron su camino, conversando sobre el tema, recordando lo poco que habían estudiado sobre el Santuario y dándole forma a la evidencia bíblica de la revelación". Captains of the Host, p. 95.
Jóvenes, cuando llega la luz, la obscuridad se desvanece. Los adventistas podían ahora entender que Jesús no podía venir hasta que su obra como nuestro Sacerdote fuera terminada en el cielo. Así que cuando esta importante verdad fue compartida con más y más adventistas, las buenas nuevas se difundieron y el chasco fue visto por primera vez en su verdadero alcance.
Al año siguiente del chasco los adventistas de Port Gibson recibieron más preciosa luz. José Bates, apóstol del sábado, viajó a Port Gibson con el mensaje del sábado.
La mente de Edson había estado intranquila acerca de este tema aún antes del chasco y ahora recibió el mensaje de Bates con alegría y guardó el siguiente sábado. El Dr. Hann se le unió. Pero Crosier dijo: "Mejor vayan despacio, hermanos, mejor vayan despacio. No suban ningún peldaño antes de saber si los sostendrá". "Yo ya probé el peldaño", replicó Edson, "y sé que nos sostendrá". Ibid. 104.
"Parecería", escribió Arthur Spalding, "que el grupo de Port Gibson fue el grupo más importante de adventistas en pisar los dos primeros peldaños de la plataforma en que se edificaba la fe Adventista del Séptimo Día: El Santuario y el Sábado".
¿Le hubiera gustado a Ud. vivir en aquellos viejos tiempos con Hiram Edson y sus amigos?

Fuente: PM MINISTRIES

viernes, 25 de julio de 2014

S. N. Haskell, PADRE DE LA OBRA MISIONERA


S. N. Haskell
PADRE DE LA OBRA MISIONERA
Nació el 22 de abril de 1833 - Murió el 9 de febrero de l922

Esteban N. Haskell fue un converso de José Bates y de un predicador adventista de nombre Guillermo Saxby. Su oficio era fabricante y vendedor de jabón. Con el tiempo cambió su línea de trabajo por el de hacer giras como predicador misionero.
Cuando comenzó a predicar alrededor de 1853 no tenía ningún apoyo financiero, excepto lo que podía ganar en su negocio. Habían muy pocos predicadores entre los Adventistas guardadores del sábado, así que Haskell con sus ideas originales empezó a entrenar a miembros laicos para testificar. En 1869 comenzó con tratados y Obra Misionera. Fue el primero en organizar la Sociedad de Tratados. En 1882 fundó una Academía en South Lancaster, la que llegaría a ser el Colegio de la Unión del Atlántico. Esta fue la tercera escuela Adventista del Séptimo Día, sólo precedida por el Colegio de Battle Creek y el de Healdsburg.
Haskell era un buen organizador y administrador. Por años sirvió como presidente de Asociación; en efecto, en un mismo tiempo sirvió como presidente de las Asociaciones de Nueva Inglaterra y California simultáneamente.
En 1885 Esteban Haskell llegó a ser un misionero en el extranjero abriendo la obra en Australia y Nueva Zelandia. Su influencia fue especialmente poderosa en la obra de Publicaciones en Australia.
Como pastor de la Asociación General, hizo el primer viaje alrededor del mundo emprendido por un oficial Adventista. Eso fue en 1888 y 1889. Fue un cuidadoso estudiante de la Biblia y un maestro excelente. A él le corresponde el crédito por la idea de los estudios bíblicos, tan populares entre los laicos y ministros Adventistas del Séptimo Día. Murió en 1922, su cabeza coronada con la gloria de muchos años y su vida adornada con muchas benevolencias.
Una Historia Acerca de S. N. Haskell
W. C. White cuenta la siguiente historia acerca de la experiencia de Esteban Haskell en introducir la idea de los estudios bíblicos entre los Adventistas del Séptimo Día:
"Durante el Congreso en el otoño de 1879 y primavera de 1880, al cual asistí con mi madre, Elena White, ella habló a a nuestros ministros acerca de la obra de los Congresos y dijo que debiera haber menos predicación y más enseñanza. Pasó algún tiempo antes de que esto hiciera una verdadera impresión en la mente del pastor Haskell, pero en la primavera de 1880, en el Congreso de Hanford, mi madre repitió este asunto en forma tan enfática que el pastor Haskell fue completamente animado. Después de pensar sobre el asunto, una mañana me invitó a ir con él a un sembrado cercano para una sesión de oración. Dijo que no podía entender exactamente lo que la Hna. White quería decir y hablamos y oramos sobre el particular. Finalmente dijo que probaría y vería qué podía hacer. En una reunión de la mañana, en la carpa grande, comenzó a hacer preguntas sobre características importantes de nuestra fe, pidiendo a los hermanos que buscaran el texto que él citaba y lo leyeran.
"Después de proseguir la reunión por una media hora, comenzó a llover. Al llegar la hora de terminar estaba lloviendo excesivamente fuerte y nadie deseaba salir de la carpa. El pastor Haskell continuó su estudio bíblico por casi dos horas. La gente parecía encantada con la instrucción y con el método que usaba y pidieron que otros estudios fueran conducidos en la misma forma. Así, hasta donde sé, la obra de lectura bíblica que el pastor Haskell condujo y otros que entusiastamente se le unieron, comenzó. The Ministry, diciembre de 1948, p. 21.
El plan que el pastor Haskell inauguró se llamó: "Predicación informal laica". El nombre "estudio bíblico" nació en un congreso en Lemoore, California. La idea se propagó como pólvora. En los Angeles en el Congreso de Upper Columbia, en San Francisco, en Healdsburg y en San José, el interés creció enormemente. La Asociación de California pasó la primera resolución formal recomendando el plan de estudios bíblicos. Se ofreció un curso de instrucción para laicos que deseaban servir en el campo dando estudios bíblicos, en Healdsburg. Entonces en Michigan e Indiana, en los Congresos celebrados allí, se adoptó el plan.
El 30 de octubre de 1883 comenzó, en Battle Creek, un instituto para enseñar a los adventistas a dar estudios bíblicos. Se reunió una clase de 300 personas bajo la dirección de S. N. Haskell. La asistencia fue aumentando hasta pasar los mil. A estas personas se les llamó "ayudas" ( 1Cor. 12:28). En 1884 se publicó la revista mensual Bible Reading Gazette. Los estudios Bíblicos no eran cortos, sencillos y agradables como son actualmente. ¡El primero tenía 149 preguntas!
Hoy el plan de estudios bíblicos es una de las formas más exitosas que tienen los Adventistas del Séptimo Día para ganar almas a la verdad.
Vea: The Bible Instructor in Personal and Public Evangelism de Louse C. Kleuser, págs. 350-351. Además "Origin of the Our Bible Work" en la revista Ministry, diciembre de 1948.

 Fuente: PM MINISTRIES

miércoles, 25 de junio de 2014

Juan Norton Loughborough, PRIMER HISTORIADOR DE LA IGLESIA


Juan Norton Loughborough
PRIMER HISTORIADOR DE LA IGLESIA
Nació el 26 de enero de 1832 - Murió el 7 de abril de 1924

Juan Norton Loughborough llegó a ser un adventista guardador del Sábado como resultado de las labores de J. N. Andrews. Comenzó a predicar inmediatamente y fue ordenado al ministerio en 1854. Llegó a ser el primer misionero (en California claro está) en el año de 1868. En 1878 fue enviado a Europa. Fue presidente de la Asociación de Illinois. Por seis años fue superintendente de los distritos de la Asociación General formados por Asociaciones. Fue el primer historiador de la denominación al escribir el libro The Rise and Progress of Seventh-Day Adventists el cual fue seguido por The Great Second Advent Movement. Fue, además, autor de libros más pequeños. Loughborough fue el primer hombre en recibir la ordenación en lo que más tarde se conocería como Iglesia Adventista del Séptimo Día. Esto sucedió cuando tenía 22 años de edad.
Al igual que la mayoría de los primeros dirigentes adventistas, John Loughborough tomó interés genuino en la obra de publicaciones. Un día él y Jaime White estaban discutiendo sobre maneras para hacer avanzar la obra del evangelio. Se sugirió que si ofrecían libros a la gente, en público, en conexión con los servicios de predicación, ésta estaría dispuesta a comprarlos y pagar por ellos una suma pequeña, preparando así el camino para producir más publicaciones. El joven y alerta predicador dijo: "Voy a probar". Así, en una de las reuniones se exhibieron folletos desde el púlpito ofreciéndolos en venta. Al finalizar el sermón muchas personas se adelantaron y los compraron. En esa época se podía comprar una serie completa de toda la literatura adventista publicada, incluyendo folletos y un libro de tapas blancas, por 35 centavos. Hoy costaría centenares de dólares comprar una copia de toda la literatura adventista del séptimo día publicada en muchos idiomas.
Loughborough fue realmente un gran pionero, que prestó sus muchos talentos al desarrollo de la obra dondequiera que hubiera una necesidad.
"En 1908, a la edad de setenta y seis años, comenzó un viaje alrededor del mundo, visitando los principales centros de la obra Adventista del Séptimo Día. Viajó treinta mil millas por agua y seis mil por tierra. Con esto terminó su servicio activo exceptuado algún viaje ocasional a un congreso o a una sesión de la Asociación General, o de tomar su pluma para escribir reminiscencias de días idos. Vivió con su hija, la Sra. J. J. Ireland, en Lodi, California. Cuando ella y su esposo fueron llamados a Washington, D. C., la salud del pastor Loughborough estaba decayendo y pasó sus últimos años en el Sanatorio St. Helena, donde dejó de existir apaciblemente el 7 de abril de 1924 a la edad de noventa y dos años. Su funeral se realizó en la iglesia de St. Helena que era una de las primeras que él levantó en California hacía más de cincuenta años atrás".
Vea: Pioneer Stories Retold, págs. 115-142; Footprints of the Pioneers, págs. 147-156.

Una Historia Acerca de Juan N. Loughborough
Poco tiempo después de que Juan Loughborough llegara a ser Adventista del Séptimo día, recibió la impresión que debía ir a predicar el mensaje, pero vaciló hasta que pudiera ganar suficiente dinero para mantener a su esposa. Trató de hacer que tuviera éxito el negocio en el cual estaba comprometido, pero falló. Sus fondos eran insuficientes. Entonces fue a una reunión en Rochester. Durante esa reunión la hna. White tuvo una visión. Relatando esta visión, ella dijo: "El hno. Loughborough no está cumpliendo con su deber de predicar el mensaje tratando de obtener medios para su sostén. El Señor me ordenó que dijera: 'Decida predicar el mensaje y el Señor abrirá el camino para el sostén de su familia'". Divine Predictions Fulfield, págs. 25-27.
Después de la reunión, Juan Loughborough fue a su casa y oró. Le dijo al Señor: "Iré confiado en tí de que proveerás para mi sostenimiento". Cuando hizo esta promesa sólo tenía tres centavos en su bolsillo y no sabía de dónde conseguiría más dinero. Pero se sentía feliz.
El lunes de mañana su esposa le dijo: "Juan, se terminaron los fósforos y necesito hilo". El pastor Loughborough sacó los centavos de su bolsillo y le dijo: "María, esto es todo el dinero que tengo. Consigue fósforos con un centavo, y un carrete de hilo y tráeme un centavo de vuelta. No quiero quedarme completamente sin dinero".
Su esposa se puso lívida. "¿Qué vamos a hacer?", exclamó. Juan Loughborough le contestó: "Voy a ir a predicar dejaré que el Señor abra el camino para nosotros como prometió hacerlo en la visión el sábado pasado".
María Loughborough se fue a su habitación a llorar. Lloró por una hora. Entonces salió para hacer sus compras. Apenas hacía unos minutos que había salido cuando un hombre extraño llamó a la puerta y pidió cerraduras de ventanas por valor de sesenta dólares. El hermano Loughborough tratando de vender cerraduras sin éxito. Ahora, desde que él prometió obedecer al Señor y llegar a ser un predicador, el Señor comenzó a trabajar por él".
El hombre le dijo: "Vendré a buscar las cerraduras al mediodía y entonces las pagaré". El hermano Loughborough sólo tenía que caminar unas dos cuadras hasta la fábrica donde hizo el pedido por las cerraduras. La venta se realizó como se había planeado y su ganancia fue más de treinta dólares. ¡Treinta dólares era mucho dinero allá por los años 1850!
Cuando María Loughborough volvió con sus compras, encontró a su esposo cantando. "Pareces estar muy feliz", le dijo:
"Sí, replicó él. Y le contó lo que había ocurrido. Entonces ella se fue a su habitación a llorar por otra hora, pero esta vez por una razón diferente".
El pastor Loughborough fue obediente a la visión celestial. Llegó a ser un predicador de éxito. Dios lo usó de una manera poderosa para desarrollar los intereses de Su causa.

Fuente: PM MINISTRIES

domingo, 4 de mayo de 2014

Juan Byington, PRIMER PRESIDENTE DE LA ASOCIACION GENERAL

Juan Byington, PRIMER PRESIDENTE DE LA ASOCIACION GENERAL

Nació el 8 de octubre de 1789 - Murió el 7 de enero de 1887
Juan Byington era un itinerante predicador metodista antes de llegar a ser predicador Adventista del 7º día. Era un oponente vigoroso de la esclavitud y se dice que su hogar estaba en el viejo sótano de una estación de los ferrocarriles que ofrecía refugio a los esclavos que escapaban del Sur en busca de libertad. No aceptó el mensaje adventista hasta después de haber cumplido 50 años. Entonces llegó a ser un enérgico predicador de la verdad. Ayudó a organizar una de las primeras iglesias adventistas en Buck's Bridge, New York. Fue un hombre práctico y ayudó a construir varias de las primeras iglesias Adventistas del Séptimo Día.
En mayo de 1863, representantes de los adventistas observadores del sábado fueron enviados a Battle Creek, para la primera sesión de la Asociación General. 20 delegados asistieron, representando seis conferencias. Un comité ejecutivo de tres personas fue nombrado. El Pastor Juan Byington fue elegido el 21 de mayo, el primer presidente de la Asociación General.
La iglesia de Buck's Bridge, donde Byington hizo su hogar, fue edificada en 1855, en el mismo año que se construyó la primera iglesia en Battle Creek. Sin embargo, es probable que la iglesia en Buck's Bridge se construyera antes. No era una iglesia grande, tenía 20 a 30 pies con una extensión de 15 pies en la parte de atrás. Las piedras del fundamento esparcidas pero todavía tendidas en la escena, testifican de la hermosa ubicación de esta antigua e histórica señal.
En el año 1854 comenzó aparentemente a funcionar la escuela de Buck's Bridge. Fue fundada 2 años antes de la primera escuela elemental en Battle Creek. La hija del pastor Byinton, Martha, enseñó en esta escuela. Se casó con Geoge Amador, quien era my conocido en la oficina de la "Review and Herald" en Battle Creek. Como capataz e impresor. Byington vivió bastante como para ver a la iglesia que él estableció, llegar a ser una iglesia misionera con obra en varios continentes. Murió cuando tenía 88 años de edad.
Hechos Interesantes sobre John Byington
No tenemos mucha información acerca de Byington. Sabemos que era mayor en comparación con obreros jóvenes como John Andrews, Urias Smith, John Loughborough, Myron Cornell, Stepen Haskell, George Butler, James White, Elena G. de White, etc.
En los primeros días de nuestra iglesia hubo un venerable trío de pioneros que eran mayores en edad y muy respetados. Ellos eran Hiram Edson, John Byington y Joseph Bates. Estos hombres eran líderes y consejeros, bondadosos y enérgicos.
En el año 1857 Juan Byington se mudó de Nueva York a Michigan. Trabajó como evangelista cruzando esta región en su carruaje tirado por caballos. La gente solía decir: "Nadie conoce Michigan como John Byington".
Era un hombre intrépido. Lo vemos unirse al pastor Jaime White en Round Grove, Illinois, y celebrar una conferencia de creyentes en noviembre de 1856. El trajo fortaleza a los esposos White cuando se encontraban viajando a través de Waukon, Iowa, en mal tiempo, para animar a los pastores que estaban desalentados.
Su hijo, John F. Byington, enseñó en la escuela de Battle Creek en 1868 y llegó a ser médico. El Dr. Byington y el Dr. H. S. Lay fueron los primeros médicos del Western Health Reform Institute, nuestra primera institución médica adventista del 7º día.
Una bisnieta, la señora F. F. Oster, sirvió con valor en el Oriente Medio (Ver: Christ's Last Legion, págs. 460-462). La sangre misionera del vigoroso itinerante predicador metodista, que llegó a ser predicador adventista, llegó hasta la cuarta generación.

Fuente: PM MINISTRIES

martes, 25 de marzo de 2014

Raquel Oakes Preston, Una celosa guardadora del Sábado

Raquel Oakes Preston, Una celosa guardadora del Sábado
Nació el 2 de marzo de 1809 - Murió en 1868



Un indicio del importante papel que la Sra. Preston jugó en la historia de la iglesia Adventista primitiva se obtiene al mirar la inscripción sobre la lápida de su tumba:
"Raquel Preston fue usada por Dios en llevar la verdad del sábado a la iglesia Adventista de Washington, New Hampshire; la cual llegó a ser la primera iglesia Adventista del Séptimo Día en América".
Raquel Preston era una Bautista del Séptimo Día cuando vino a Washington. Su hija Raquel Delight Oakes, llegó a ser la esposa de Cyrus Farnsworth, quien con su hermano Guillermo fueron los primeros observadores del sábado entre los adventistas de Washington.
Fue en el año 1837, que Raquel Harris Oakes y su hija se unieron a la iglesia Bautista del Séptimo Día en Vernon, Vermot. Evidentemente su esposo, Emory, murió allí, aunque no hay ninguna declaración al respecto. En el año de 1843 Raquel Oakes y su hija, Delight, se mudaron a Washington, New Hampshire. Delight enseñaba en la escuela. Su madre vivía con ella y llegó a ser el instrumento en las manos de Dios para llevar la luz del sábado a ese grupo de adventistas. Los adventistas a su vez, le trajeron la bendita esperanza del segundo advenimiento. En Washington conoció a Nathan T. Preston, con quien contrajo matrimonio. Vivieron allá y en Milford por muchos años y finalmente regresaron a Vernon, Vermot, donde murió y fue enterrada.

Una Historia Sobre Raquel Oakes Preston
Regresemos a la pequeña iglesia en Washington, New Hampshire, la primera iglesia de los adventistas guardadores del sábado. Arturo Spalding les contará una experiencia que llevó a un número de almas sinceras a comenzar la observancia del sábado:
El servicio de comunión estaba siendo celebrado en la iglesia cristiana de Washington, New Hampshire, un domingo del invierno de l844. Presidía el pastor Frederich Wheeler, ministro metodista y adventista de Hillsboro, cuya área incluía esta iglesia. El notó entre los que comulgaban a una señora de mediana edad que estaba sentada en la banca de Daniel Farnsworth, quien mantenía sus brillantes ojos sobre él durante el servicio y parecía casi para salir, cuando declaró: Todos los que confiesen comunión con Cristo en un servicio como éste, deberían estar listos para obedecer a Dios y guardar sus mandamientos en todas las cosas. El deseaba saber acerca de esta dama.
Algo más tarde, al visitar a la familia, el pastor conoció a la señora Raquel Oakes, madre de la joven Delight Oakes, la maestra de la escuela. Directa en su palabra como en su mirada le dijo:
"--Recuerda pastor Wheeler, que usted dijo que todo el que confiesa a Cristo debería guardar todos los mandamientos de Dios?
--Sí
--Casi me levanté en la reunión para decir algo.
--Me pareció. ¿Qué tenía en mente para decir?
--Quería decirle que era mejor retirar la mesa de la Santa Cena y cubrirla con un mantel hasta que usted empiece a guardar los mandamientos de Dios. --dijo Raquel Oakes".

El pastor Wheeler se sentó sorprendido. Se sintió un poquito apocado, pero él estaba agradecido que esta persona de acción directa había tenido la gracia cristiana de esperar para una entrevista privada. ¿Que él no guardaba los mandamientos de Dios? ¿Estaba él desobedeciendo? ¡Oh, sí! El había escuchado de esta hermana Bautista del 7º día, quien recientemente había llegado a vivir aquí, y de su decidida opinión sobre la obligación de los cristianos de guardar el sábado por el domingo. Este era el liberal cuarto mandamiento que ella estaba ahora predicándole a él.
Fue un sermón efectivo. Frederick Wheeler se fue pensando. Siguió pensando y estudiando y no muchas semanas más tarde guardó su primer sábado y predicó un sermón sobre esto ese mismo día" Captains of the Host, págs. 107, 108.
Esta fue la manera en que los adventistas de Washington, New Hampshire, oyeron por primera vez acerca de la verdad del sábado del Señor.

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